OBRA EN PROGRESO (Notas de Autor)
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Introducción
A lo largo de mi trayectoria como escritor he podido publicar un número considerable de libros, y gracias a ellos sostener entrevistas, conversatorios y presentaciones, junto a periodistas locales y de diversos países de Latinoamérica. Revisando lo producido en el último lustro (2019-2024), el mismo me ha resultado, de un tiempo a esta parte, un trabajo estimulante como material de investigación, explorando la idea de tomar dichos testimonios como base conceptual que se prolonga a través de una serie de anotaciones personales, en el cuales me explayo acerca de mi oficio y el proceso creativo, con el fin de proyectar la publicación online de esta serie de reflexiones, con la intención de relatar la íntima experiencia de un escritor independiente, a modo de compartir con colegas, lectores y gente afín al medio.
Considero que el legado creativo de un artista se revela de manera más completa a través del estudio detenido de su cuerpo de obra. Por tal motivo, los ejes a través de los cuales se desarrollará el siguiente trabajo comprenden: los inicios en la escritura, el oficio de la escritura, la inspiración y la experiencia personal, los procesos y métodos creativos, los desafíos de comunicar a través de la escritura, la publicación autogestiva, el periodismo independiente, el estado de la cultura y el mercado literario en nuestro país, la concepción de cada libro editado y ciertas consideraciones estéticas e históricas sobre determinada expresión artística. Así es como nace el presente formato de publicación absolutamente digital.
El corpus que conforma mi itinerario editorial como autor no solo se manifiesta como una colección de trabajos individuales, sino que es posible vislumbrarlo como un íntimo viaje a lo largo de veinte años de trayectoria que permiten trazar una identificable evolución de ideas, en la perfección de la técnica y estilo que me caracterizan. Puedo vislumbrar cada obra en particular como un capítulo dentro de una narrativa personal que revela propias influencias, recurrentes obsesiones y la profundidad de mi continua exploración intelectual.
Al analizar mi propia obra en proceso, a través de una serie de conceptos que vertebran tal abordaje, intento desentrañar las conexiones principales del mismo, temáticas que resuenan y destacan la huella que todo creador imprime a su disciplina. La principal intención detrás de estas 'notas de escritor' radica en que "Obra en Progreso", ensayo en primera persona, arroje luz sobre la riqueza y la complejidad de mi humilde contribución al panorama creativo que me alberga.
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO 1
EL OFICIO DE ESCRITOR
PORQUÉ ESCRIBIR
Escribir es una pasión, lo hago de forma pulsional, cada día de mi vida. Es indivisible a mí y es un acto sagrado, vital, que me conecta con mi creatividad y deseo nato de comunicar. Parte de allí y de la condición de que los seres humanos somos, conscientemente o no, máquinas narrativas en la quimérica búsqueda de escribir el mejor libro que nos gustaría leer. Responder a 'porqué escribir' es algo absolutamente personal. Mi principal motivación surge desde la síntesis de lo que cultural o artísticamente pueda sensibilizarte, y desde allí puedas trazar algún tipo de conexión intelectual o estética, al momento de expresarte. Indefectiblemente, todo ello pasa a través del tamiz de tus influencias más íntimas y sale al mundo de otra forma. A eso considero comunicar por medio de la escritura: es la necesidad de revelar al mundo algo de esa magia que te fue brindada al descubrir ese objeto de arte -una pintura, una poesía, una canción, una película- que inicialmente te maravilló. Transformándolo a través de la palabra escrita, tu propia voz, y buscando a través de ella suscitar múltiples sentidos en cada potencial lector. Esto ocurre desde el primer ensayo, la primera crónica o el primer poema que haya redactado, desde entonces hasta hoy. Ha sido un largo camino, hecho de enorme sacrificio, entrega e ilusión, en la continua motivación para desafiarme, renovarme y perfeccionarme en el campo de la escritura.
MOTIVACIONES EN LA ESCRITURA Y LA PROMOCIÓN CULTURAL
Principalmente, mi motivación radica en el deseo intrínseco de comunicar y la necesidad impostergable de pronunciarme acerca de aquello que estéticamente me conmueva. Compartir miradas acerca del arte que puede sensibilizarme, con el cual puedo conectar en múltiples niveles. Considero que la cultura es un eslabón fundamental de nuestra sociedad, un alimento espiritual a menudo subestimado. La cultura es educación y viceversa. Por ello, tenemos la misión, como educadores y comunicadores, de ser ese instrumento, ese canal, ese vehículo. Librar nuestra pequeña revolución, tan necesaria. Ensayar nuestro propio manifiesto anti-monotonía.
Como actores culturales, tenemos la responsabilidad de visibilizar material cultural, de divulgarlo y hacerlo accesible, entre la abundante mediocridad circundante. Hay artistas maravillosos creando en soledad y escritores magníficos con mucho de su talento volcado en páginas dignas de ser mostradas. Cineastas emergentes filmando con pocos recursos, músicos independientes recorriendo modestos escenarios y soñando con trascender. Como escritor, me veo en todos ellos profundamente reflejado. En lo personal y en adición, durante un lapso de siete años, implicó una gran responsabilidad el hecho de contar con un medio autogestionado (Revista Cultural Siete Artes) capaz de convertirse en esa invaluable vidriera a la que me refiero.
UN CONSEJO PARA QUIENES ASPIRAN A ESCRIBIR
Expresarte te da libertad, y esa condición implica poseer un tesoro incalculable. Nunca abandones tu sueño, nunca dejes una frontera por superar ni un límite por explorar. Nunca te prives de brindar al otro aquello que deseas comunicar, esa es tu voz. Pregúntate si estás donde quieres estar. Tu misión es tuya y de nadie más, complétala. Buscar la mejor versión de ti mismo es la mayor prueba de lealtad para con el propio talento. Indaga dentro tuyo lo más profundo que puedas, de allí salen verdades. La superación permanente nos hace mejor mañana que hoy. Ojalá estas palabras puedan inspirarte, como yo fui inspirado alguna vez.
ME HALLARÁN DEL LADO DE LA BELLEZA
Siempre al servicio de ella, como todo escritor y mente creativa, esto ha sido siempre así. Podríamos remontarnos a la noción de belleza y su relación con el hecho artístico desde el ideal clásico antiguo; la historia del arte occidental lleva dos milenios ligada a tal condición. Claro, eso no deja de ser solo una parte de la historia y sus arquetipos, a partir de gustos y modelos aprendidos, académica, familiar y culturalmente; afortunadamente hay mucho más por descubrir. No en vano, a nuestros días llegamos con diferentes concepciones que depositan el valor estético, ya sea, en los contenidos de la obra como en sus formas expresivas.
Personalmente, escribo en búsqueda de rastros de aquella belleza que pueda resonar en cada lector, depositando en él más interrogantes que certezas. Y si bien no acabo por descifrarlo en su totalidad, es un camino que asumo sin línea de llegada, sigo siendo un aprendiz. Con los sentidos plenos, la mente atenta, sensible y receptiva. Sigo alerta, intentado ser esa clase de intermediario que detecta cambios posibles, esa suerte de antena que capta y transmite lo que ocurre a su alrededor. Es nuestro oficio de artistas y creadores, aunque suene algo trillado.
EL AUTOR COMO PENSADOR ESTÉTICO
El crítico de arte debe ser un puente entre la obra y el espectador, acercando distancias y pareceres entre el autor y el consumidor. El crítico está allí para dilucidar, desde su punto de vista, que es sumamente subjetivo y tan válido como tantos otros que habrá, qué es aquello que nos intenta decir una obra. Hacer crítica es un ejercicio estético, aventurándose entre los múltiples sentidos que un acto creativo encierra. No implica explicar, sino preferentemente relacionar conceptos. Hacer crítica es, también, vincular a otras experiencias artísticas. Esas influencias están visibles, no solo en la escritura crítica, sino que también en el consumidor promedio del arte y en el creador. En las relaciones, en lo alegórico, en lo que no está explícito y permite cierta libertad interpretativa.
Existe una verdad insoslayable: cada obra es hija de un espacio histórico capturado por los artistas. De allí parte la escritura crítica, del deseo de reescribir dicha realidad y de la verdad que ésta revele. Habla de aquello que está ocurriendo alrededor y cada interpretación posible corroe tal paradigma. Por más que el autor no lo sepa a ciencia cierta, está escribiendo de algo que lo precede. El arte sintetiza ideas existentes y, acaso, la labor del crítico puede ser entendida, también, como la de un facilitador de sentidos.
FICCIÓN, IMPROVISACIÓN Y HALLAZGOS INESPERADOS
El compromiso emocional, a la hora de llevar a cabo una creación literaria es un aliado indispensable. Todo proceso escrito adquiere su tono adecuado en la medida en que su ejecución y determinadas circunstancias le otorguen entidad y, en el proceso, nos estimulen. Si habláramos de creación y ficciones, cada protagonista de una historia aporta su singularidad al relato, dotando al mismo de dimensión. A menudo, la improvisación escrita permite encontrar la esencia humana, del modo más natural posible: la construcción parte de un profundo deseo intrínseco al autor, convirtiéndose este en la voz y el flujo de sus criaturas, como instrumento para que otro lector se reconozca (y reconozca a su creador) a través de ellos. Virtud ante la cual, resulta por demás infrecuente la indiferencia afectiva: determinado personaje nos generará inmediato rechazo o próxima cercanía.
Por otra parte, como creadores habitamos zonas más bien inciertas; solo se nos es brindado conocer una porción de esa verdad. El resto corre por cuenta de la imaginación, y no debemos reducirlo solo al plano racional. Nuestra mirada, tan singular e irrepetible, inventará la porción faltante de su silueta desdibujada, porque es parte del pacto espiritual de todo acto creativo. Entre más abstracciones, es preferible que sea tarea del lector descubrir algunos de sus velos.
EN CONTRADICCIÓN CONMIGO NO ESTOY
A propósito de cierta clase de consecuencia moral que se exige al autor a la hora de otorgar voz a algunas de nuestras criaturas, elijo, a modo ilustrativo y a fin de evitar reproches fundados, la siguiente cita:
'…cada actor de una obra dramática debe hablar en ella el lenguaje establecido por el carácter que asume; que cuando es el personaje quien habla y no el autor, y que él no sabría más en ese caso que ese personaje, absolutamente inspirado por su papel, dice cosas totalmente contrarias a las que dice el autor cuando es él mismo el que habla. Por cierto, qué hombre habría sido Crébillon si siempre hubiera hablado como Artée; qué individuo como Racine, si hubiera pensado como Nerón; qué monstruo como Richardson, si no hubiera tenido otros principios como los de Lovelace…'
"EL AUTOR DE LOS CRÍMENES DEL AMOR A VILLETERQUE, FOLICULAR" (incluido en "IDEAS SOBRE LA NOVELA", Marqués de Sade, 1799)
EL LUGAR EN DÓNDE RADICA LA SENSIBILIDAD
Existen ciertas características innatas que traemos con incorporadas y nos hacen más afines a cierto tipo de sensibilidad estética. Por ejemplo, una capacidad de conmoverse con determinadas obras o apreciar cierto lenguaje con considerable nivel de detalle y profundidad, al cual el conocimiento técnico luego termina por enriquecer. Si bien el estudio pormenorizado y la formación en áreas específicas nos brinda herramientas e instrumentos para descifrar los sistemas, códigos y símbolos propios de cada expresión en particular, también existen otros factores más intangibles como la curiosidad, la inquietud y el asombro. Que pueden agudizarse, en tanto y en cuanto sea inagotable la propia capacidad para hacernos preguntas y aprender a observar, como llamo yo, de modo estético. De allí parte el desafío intelectual, más allá de las apetencias y competencias que nos definan. Cuestionar y debatir los 'porqué' de un sentido, el 'cómo' y el 'qué' en donde forma y contenido se amalgaman en una obra. Es esa preciada cualidad de buscar conquistar en cada interrogante, no una respuesta objetiva, sino canales de acceso a nuevos interrogantes que enriquezcan nuestro conocimiento. De alguna forma, esa obra allí presente que llamó tu atención está cuestionando tu realidad, porque toda mirada, bajo su tamiz tan singular e intransferible, corroe cierto paradigma.
Sin fronteras que condicionen el aprendizaje, incorporando el conocimiento sobre el lenguaje a nuestra infinita curiosidad, visualizaremos el profundo entramado que une determinada expresión artística con otra y en la riqueza que generan los nexos proferidos, es eficaz y comprobable, el acto interpretativo no hace más que beneficiarse. Y esto puede aplicarse también al oficio de escritor: es la mejor forma de perfeccionar y conocer nuestro arte, superando y expandiendo los límites expresivos del territorio que transitamos. La clave reside en que esa virtud de búsqueda sobre una verdad que nos transforme no nos abandone jamás.
QUIMERAS DE TODO ESCRITOR
Podemos como creadores, osar acercarnos a la verdad, que siempre será nuestra noción de realidad, desde nuestras propias coordenadas. ¿La única verdad es la realidad? Soñamos con arañar esa superficie, erosionar cierto paradigma. Buscar los modos estéticos y conceptuales de, artísticamente, representar cierta noción de realidad y microcosmos. Forma parte, en última instancia, de hacerse cargo del lugar que nos toca ocupar en el mundo, sobre cada artista recaen las propias miserias y los horrores de los que somos testigos. Es nuestra condición y continua materia creativa; nuestro pequeño hábitat hecho de obsesiones, influencias, filias y fobias. ¿Cómo definir el derrotero de nuestra propia trayectoria como reflejo de aquel factor externo que nos condiciona? Metafóricamente, podríamos vislumbrar una especie de continuidad, semejante a un 'work in progress' que se hace cada vez más inabarcable (más que nuestra misma existencia) a medida que transitamos un camino hecho de capas de complejidad y diversas profundidades. Vivir para escribirlo todo, tal vez, sea parte de la quimera de querer torcer las agujas del reloj todo cuánto sea posible. Es el sentido que nos impulsa, es el peso de los sueños. Para más simbolismos, pensemos en las peripecias, acrobacias y demenciales decisiones que necesitó atravesar un "Fitzcarraldo" (película de Wener Herzog, 1982) para convertirse en una obra monumental.
LAS PALABRAS
Filosas, hirientes, iluminadas, necesarias, urgentes, radicales, incorrectas. No nos hallarán en ningún lugar de comodidad o confort…de los cuales el escritor debería preferir ser removido. Materia creativa para todo quien se precie de tal, las palabras confrontan nuestras propias convicciones. Son flechas dirigidas hacia el centro de la conciencia de quien lee y resuena en ellas. Las palabras no tienen piedad y no deberían tenerla. Si están allí es que no hay página en blanco. El 'writer's block', definitivamente, es la máxima expresión de nuestro ego acorralado. Caso contrario, deberíamos internarnos en lo profundo del bosque, como J.D. Salinger y rogar que luego no saliéramos idénticos o inmunes a él. Como seres creativos lo sabemos: las palabras sin acción no significan nada.
GRATIFICACIONES DE LA PROFESIÓN (O NO)
Lo más gratificante de nuestra labor es saber que aquello que escribimos llegará a ojos atentos, a cerebros pensantes. Que, de cierta manera, sirvió para despertar interrogantes y llevar a cabo, inclusive, una puesta en debate de las propias ideas planteadas. Que pudo resonar, tocar alguna fibra y emocionar, más aún en estos tiempos en los cuales el contacto auténtico escasea. Es sumamente reconfortante, también, cuando una editorial confía en tu trabajo a la hora de editarte, haciendo realidad ese sueño, para que luego varias librerías te reciban. De esos pequeños y grandes triunfos se hacen los eslabones de nuestra trayectoria. Lo menos agradable del asunto quizás sea, para muchos escritores, no poder hacer del oficio un medio de vida. Darlo todo y encontrarse con un resultado más bien insuficiente. Al respecto, sabemos del estado de extrema fragilidad que vive el sector cultural en nuestro país, por décadas. Es desalentador tener que sortear, en algunas ocasiones, un aparato gigantesco de facilidades y conveniencias en donde todo se da por asumido por amor al arte. Nos quita valor como artistas, no nos legitima y acentúa injusticias. El de la escritura, es un camino arduo de recorrer para quienes lo hacemos desde la vocación y la independencia absoluta.
UN RÉQIUEM ORADO ¿A LO LEJOS?
Escribimos desde la necesidad, por lo que vivimos, luchamos y dejamos en el camino. Podría tratarse de una oración, de un dogma de fe. Podría repetirse como un réquiem a lo lejos…o al oído de quien decida escuchar. La materia de nuestra creación literaria son esas verdades impostergables que nos urgen a alivianar todo el peso posible. Escribir es una función vital, a la que me entrego con absoluto compromiso.
INSPIRACIÓN Y EXPERIENCIA PERSONAL
En nuestra profesión, es primordial no quedarse quieto y buscar nuevas formas para producir contenidos. En lo personal, suelo verme ecléctico, inconformista, siempre persiguiendo nuevos desafíos, maneras de comunicar, fronteras que superar; es mi naturaleza como ser creativo. La insatisfacción permanente es un gran motor.
Escribir es mi hábitat natural y es una actividad que no puedo dejar de hacer cada día. Un desafío que tomo con tal seriedad, igualmente lo es la labor de promotor cultural. Como regla, las ideas me exceden en el tiempo que dispongo para poder llevarlas a cabo. Es una lucha eterna que libramos, creo que nos ocurre a todos quienes creamos.
Si tuviera que volver a elegir, elegiría este mismo territorio de acción que tan bien me sienta, por otra parte, no sabría que otra cosa digna hacer de mi vida. Sabemos que ni las contingencias ni la coyuntura son sencillas, pero perseguimos nuevos modos de sortear obstáculos; también ahuyentar nuestro propio escepticismo, es parte de la lucha diaria.
La pasión por el oficio cultural, tanto como creativos o divulgadores, no deja de retroalimentarse. Es nuestro impulso y tendencia instintiva seguir haciéndolo aquello que prima, intentando de que cada día podamos ofrecer un hecho superador. Hoy mejor que ayer y mañana, mejor todavía. Esa es la mentalidad irrenunciable.
ESCRIBIR EL MEJOR LIBRO POSIBLE
Producir un libro es dejar un testamento cultural, una mirada estética sobre el mundo que nos sensibiliza y deseamos comunicar. Editar implica un largo proceso que abarca etapas de intenso trabajo, entregando el mejor producto que esté a nuestro alcance, traduciendo de la forma más precisa posible tus ideas y lidiando con esa condición tan intrínseca al artista que es la capacidad de satisfacción con la propia creación. Como seres creativos, vivimos en esa permanente búsqueda evolutiva de equilibrio, que durante el proceso mismo puede volverse francamente insostenible. Buscamos escribir el libro más grandioso que nos gustaría alguna vez leer, y, a veces, consideramos que, en verdad, es probable que llevemos escribiendo esta única y gran obra a través de los años que conforman toda la vida. Como decía el autor mexicano Carlos Fuentes: simplemente porque no podemos hacer otra, escribimos para no morir.
CAPÍTULO 2
LOS DESAFÍOS DE COMUNICAR
UN CAMBIO DE PARADIGMA A LA HORA DE COMUNICAR
Como seres humanos en sociedad nos encontramos en un momento de absoluta bisagra, en donde nos encaminamos a fuertes cambios de paradigma: hoy en día contamos con una grandísima cantidad de información a las que tiene acceso el gran público, sin restricción alguna. A través de una infinita cantidad de medios y ofertas, el caudal de material disponible para consumo, sin filtro alguno, nos ofrece, por un lado, la posibilidad de apropiarnos, de forma simple y directa, de una fuente de conocimiento que siempre puede resultar provechoso para aquella persona que sea curiosa en conocer, en aprender y enriquecerse. Solventando esta mirada, cuanto más amplio sea el abanico de oferta, con más posibilidades contaremos como consumidores. La pluralidad es motivo suficiente como para celebrar.
Lo cierto es que, tanto como amantes del arte como actores de la cultura, nos encaminamos hacia la prevalencia de un relato cada vez más fragmentado: desde la cantidad de soportes digitales a través de los cuales se ramifica nuestro mensaje, pasando por la proliferación de pantallas que todo lo muestran sin condicionamiento y culminando en el vértigo incesante de estímulos en el que vivimos. Circunstancias que han llevado a una consabida licuación de contenidos, en dónde todo se sintetiza, mediatiza, difunde, expande y masifica. La instantaneidad es el signo de nuestro tiempo.
Aturdidas hasta la saturación, no resulta dificultoso cotejar que las nuevas generaciones no sólo han perdido el hábito de leer, sino que, gran cantidad de ellas, ha perdido la capacidad de sostener su atención sobre un texto escrito, en extensión y en profundidad. Como resultante, nos dirigimos hacia contenidos cada vez más edulcorados y suavizados, por ende, más fáciles de digerir. La pérdida es considerable e inmediata, y la mediocridad acaba por volverse costumbre, implicando ello un gran peligro, en detrimento de la capacidad de análisis y el debilitamiento de la ejercitación intelectual.
YO LECTOR, YO ESCRITOR
El trasvase de la escritura desde soportes analógicos a soportes digitales presenta conflictos relevantes que nos atraviesan, tanto como lectores o escritores, y debemos asimilar los enormes cambios que sufre el ámbito editorial en nuestros tiempos, los cuales afectan, no solo a la escritura, sino al lenguaje mismo.
Como ávido lector que soy, mi atenta mirada y apetito por aprender no se modifica. Si me dan a elegir, prefiero el formato tradicional del libro de papel, del cual soy un ferviente coleccionista. Adoro leer, es una gran conexión con mi esencia de eterno buscador. No agoto jamás mis ganas de conocer nuevos mundos y los libros resultan un compañero de viaje insustituible, sin moverte de tu lugar. Como escritor, prefiero editar libros en ambos formatos, mientras pueda; ello amplía tus posibilidades de llegada al público en general. Si bien considero que el libro de papel tiene su encanto único, comprendo que la globalización del material literario y el acceso que tenemos a través de Internet, soportes y plataformas, hace posible la proliferación del formato digital, inclusive llegando a lectores de todo el mundo. Aspecto que democratiza lo suficiente el contenido.
El logro personal a través del cual, desde la escritura independiente y autogestionada, haya podido llegar con mi obra publicada a lectores de otros países y entablar contacto con ellos es algo sumamente valioso.
EL OTRO DESAFÍO
El notorio cambio en la velocidad y en las dinámicas a la hora de comunicar y difundir cultura en pleno siglo XXI nos obliga a no perder el incentivo y recurrir a nuestra creatividad, de modo constante. Puede que se modifique el instrumento, en otras palabras 'la herramienta', pero el fin buscado es exactamente idéntico al que varias generaciones con antelación a la nuestra conocieron. Cada era, etapa o época ofrece su singularidad, y existe una ganancia, una pérdida y entre medio de ellas una serie de variantes a las que, como comunicadores, pedagogos o gestores culturales, debemos adaptarnos.
Sin embargo, no se trata de que tu estilo literario, métodos de escritura o ejes temáticos a abordar deban ceder o verse influenciados por las modas o el perfil de aquellos lectores que han crecido en un mundo hiper-digitalizado y conectado. Bajo nuestro rol de comunicadores, se vuelve imprescindible la capacidad de renovar el propio interés de bucear en los entresijos del lenguaje y su infinita riqueza, conociendo el camino que recorres. Tener esa noción del territorio en el que creas forma parte de esa capacidad de actuar llamada 'en modo versátil'. Debemos de permanecer muy atentos a cómo el paradigma se modifica, en tanto a los modos de producción, exhibición y consumo que nacen. Entender qué se nos pide y se nos requiere como actores culturales. Esa visión anticipatoria es indispensable para no quedar fuera en tiempos tan vertiginosos.
NUEVAS FORMAS CRECEN
Intentemos trazar una especie de puente entre dos siglos y será sencillo elaborar una clara analogía. Al igual que es un hecho demostrado lo profundamente que el cine -un arte híbrido y tecnológico por antonomasia, producto de lo que a principios del siglo XX se consideraba tecnología de punta- se ha visto afectado e influido por la novela literaria decimonónica, los nuevos recursos y rutinas de expresión y comunicación que dominan el interés de las generaciones del presente desde la infancia y adolescencia -chats, videojuegos en grupo, mensajería compulsiva y comunicación en redes, emoticones o emojis, escritura multimodal-, estarían afectando e influyendo en la clase de literatura que prolifera dentro del rango etario considerado joven o iniciado. Léase, los escritores del futuro. ¿Qué clase de mentes estamos nutriendo y fomentando?
Esbozar un posible cuadro de situación respecto a las formas emergentes de comunicación/expresión/recepción versus las tradicionales y como estas se readaptan en otros medios y formatos de consumo coronados como 'práctica validada' requiere, muy posiblemente, de la distancia que otorga el tiempo. Evaluar la magnífica transformación histórica que estamos viviendo en este preciso momento, y sin la certeza sobre sus efectos a coroto o mediano plazo, nos podría precipitar a elaboraciones y evaluaciones tan inexactas como erróneas. Sigo permaneciendo a solas con tanta pregunta quebrada, ¡qué gran silencio!
CONSUMO NOCIVO
Bajo las coordenadas que actualmente nos dominan, el riesgo de orientarnos hacia un discurso cada vez más banal, superfluo y automatizado y, a la vez, de escasa reciprocidad entre quienes producen y consumen contenidos, es cada vez mayor. Este continuo in crescendo describe, a la perfección, a los llamados déficits de interacción. Directamente ligado a ello, observamos una cada vez más exigua virtud de la atención sostenida por una gran porción de jóvenes consumidores, y este indicio es solo la punta del iceberg.
En tiempos dónde el genuino contacto humano se reduce, viéndose condicionado o cercenado (por ejemplo, en la última de las pandemias), el impacto en aquellas generaciones que maduran y se educan absorbiéndolo todo a través de una pantalla de ágil portabilidad -de modo por completo digerido y en detrimento de la capacidad de procesar e incluso cuestionar la información recibida- arroja síntomas preocupantes. El saldo de una dieta cultural resentida hasta el riesgo de volverse insalubre.
ADIOS AL LENGUAJE
Internet, como medio global, pluraliza y democratiza los saberes y la información al alcance, y esto es algo que aplica al ámbito cultural e impacta de lleno en el lugar que nos toca ocupar como comunicadores. Acerca de si se trata de algo favorable o no, depende del cristal con el que se mire, pero podríamos ponernos un tanto cínicos y revestir la reflexión de cierta complejidad: en esta era de igualdad, en donde el hombre moderno es como tal, la uniformidad más absoluta nos ha llenado de talentos.
Las redes sociales, factor comunicacional determinante en nuestros tiempos, pueden resultar una herramienta maravillosa, no obstante, su verdadero valor reside en saber utilizarlas para potenciar sentidos a nuestro provecho, en contrario a anularlos. De sobra sabemos el rol que juega el algoritmo al respecto, como elemento omnipresente dentro de una batalla competitiva tan intangible como feroz. ¿La información de la que decides hacer uso es realmente la que te preocupas en conseguir o la que con ingenio colocan delante de tus narices y mansamente consientes?
La globalización de los medios digitales, así como la integración de tecnologías y herramientas técnicas, nos brinda una generosa apertura en orden de facilitar la difusión y el acceso al conocimiento. En última instancia, los instrumentos están dispuestos a nuestro servicio para ser utilizados positivamente, como vehículo de ideas superadoras, aunque, con frecuencia, la ambición y la codicia humana se empecinen en demostrar y ejercer lo contrario. Nunca olvidemos que, es ley de nuestra condición, la solución siempre hace necesario al problema.
SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO 3, LIBROS PUBLICADOS
THE END, UNA ANTOLOGÍA CINEMATOGRÁFICA
TODO COMENZÓ CON UN FUERTE MURMULLO INTERIOR
Quince años en el medio me resultaron un buen punto de partida para hacer un balance acerca de lo investigado, analizado y publicado en mi carrera. Piedra angular para que comenzara a organizar mis textos, una tarea que había postergado durante demasiado tiempo. Dichos textos habían quedado inactivos un tanto más que lo prudencial, y, de alguna forma, cobraron vida. Así es como, inesperadamente -como suelen suceder en muchas ocasiones importantes episodios personales- el proyecto empezó a tomar forma a través de diversos contactos editoriales, a lo largo de los cuales comienzo a cavilar la idea de condensar mi labor como crítico bajo cierta mirada en retrospectiva. Una década y media es un lapso prudente como para echar la mirada atrás sobre mi actividad en la investigación de la historia del cine a través de la colaboración establecida con gran cantidad de sitios webs, que tan generosamente me han abierto las puertas para hacer aquello que más me apasiona: escribir.
La antología, una vez que cobró forma, se convirtió no sólo en mi mirada sobre la historia del cine a un siglo de su nacimiento, sino en la posibilidad de poder concretar mi ópera prima escrita y llegar a un espectro de público y lectores de libro en papel a los cuales no había tenido acceso anteriormente, dado que la mayoría de los escritos que componen la colección (apenas un diez por ciento de ellos inéditos) ya eran de público conocimiento y algunos de ellos, por lógica, habían perdido notoriedad. Unificarlos bajo un concepto escrito y otorgarles un presente me resultó sumamente estimulante, a la vez vertiginoso y extenuante. Fue como escribir mi propia odisea: me enfrenté al desafío de reordenar y actualizar críticas y ensayos que, justamente por tratarse de publicaciones hechas para soporte digital, habían quedado relegadas por el olvido internauta y el discurrir de los años.
La labor recopilatoria de la obra escrita por medio de una colección antológica se propuso traer mis análisis a un nivel de escritura actual, con lo cual el trabajo de investigación demandó un intenso y casi paralelo proceso de reescritura, propio de la evolución de la mirada analítica sobre cualquier forma de arte que, afortunadamente, cambia conforme a nuestra experiencia. Y así como el modo de pensar y comunicarnos evoluciona, también lo hace la sensibilidad sobre un hecho estético y, en consecuencia, la manera en que cada crítico y/o espectador puede conmoverse a través de un film. Nadie, ni siquiera los grandes clásicos, están ajenos a la determinante prueba del paso del tiempo.
RESIGNIFICAR LO ESCRITO
Debo hacer la distinción de que haberme formado en crítica y técnica cinematográfica en la Escuela Superior de Cinematografía representó un antes y un después para mi carrera. Si bien soy profundamente inquieto y autodidacta, ello me brindó herramientas en el conocimiento, en el análisis y en el discernimiento de un lenguaje que resultaron un quiebre fundamental en mi camino como escritor incipiente. Quince años después de haberme especializado en la materia, me encontraba ante un desafío de proporciones gigantescas: otorgarle entidad a una antología que comenzó siendo algo mucho más pequeño que estas dos mil páginas que compendian películas, autores, estrellas, tendencias y épocas de todas las latitudes cinematográficas.
Para THE END retomé trabajos personales que no había abordado en una década, cotejando el factor del paso del tiempo sobre esos textos: algunos sobrevivieron mejor que otros y sé que suelo ser en extremo crítico y perfeccionista con mi propia obra. Pensando en un público destinatario, en mayores tramos de la obra me incliné por un lenguaje orientado hacia entendidos en materia de historia cinematográfica; todo cinéfilo se sentirá especialmente identificado. Aunque, debo decir, la antología no persigue un lector selecto. Me gustaría poder llegar a todos aquellos que tienen curiosidad por entrometerse en el maravilloso universo del cine, y que THE END sea una válida opción de ingreso me llenaría de orgullo. Para todo aprendizaje, el secreto radica en no perder la capacidad de fascinación y conmoción, en conservar intacto el deseo de perseguir respuestas que nos lleven a más preguntas. En este caso, la comunión del séptimo arte con otras disciplinas hace aún más enriquecedor el proceso.
EL SENTIDO ANTOLÓGICO
Toda antología representa un trabajo de reescritura sumamente caótico y fascinante. En mi caso personal, THE END cobró vida a lo largo de miles y miles de páginas de textos recopilados y desperdigados por la web, completándose con la inclusión de otros tantos escritos inéditos hasta el día de su publicación. Como el desafío mayor que este proyecto representara, ha sido vital el perfeccionismo, la disciplina y la compenetración a los que me comprometí durante un año de intenso trabajo.
Tratándose de una antología, existen dos conceptos a mensurar para que esta aventura no se convierta en una enemiga durante el proceso. Principalmente, debemos tener en cuenta lo desmesurado, desbordado, compulsivo e inabarcable de tal empresa; realizar un recorte del arte que se aborda es una tarea en demasía minuciosa y detallista, facetas que en lo personal me identifican. Y aquí entra en juego la labor del escritor y sus habituales obsesiones: todos nos encontramos, en determinado momento de nuestras trayectorias, ante el abismo del acto creativo e intentamos dotar de vida aquellos recuerdos que preceden al oficio.
Cuando la obra sobrepasa al escritor por la exigencia que representa, llevar hasta el límite la capacidad creativa se convierte en el sustancial desafío a tomar. Allí es donde el asunto del 'enemigo interno' toma connotaciones irónicas. En lo personal, el compromiso constituye una obligación moral que debo a mi producción escrita y a mi oficio de escritor. Aconsejo seguir el llamado de la vocación a través de la intuición y el deseo, como caminos posibles para que cada escritor transite sus propios procesos. Para aquellos creativos que han elegido la aventura de la escritura, es a través de la palabra volcada al papel como se logra expandir y validar una forma entre tantas de ver el mundo.
Por tanto, la antología, en mi caso un bautismo literario, intentó resumir la porción de historia puramente subjetiva que he podido plasmar respecto a mi transitar, durante más de veinte años, por el inabarcable mundo del cine. En última instancia, todo escritor acomete un denodado esfuerzo intentando escribir el mejor libro que le gustaría leer.
UNA CARTA DE AMOR AL CINE
Si me preguntan por el sentido y esencia del cine diría que el mismo es reflexionar acerca de nuestra condición humana, con una cámara como principal instrumento e incorporando un bagaje cultural sumamente amplio que se nutre de diversas expresiones, como la música, la literatura, el teatro y las artes plásticas. La antología es mi carta de amor al cine, como testimonio personal de que las películas embellecen la vida. Es una atractiva invitación a inmiscuirnos en los inagotables intersticios del lenguaje y sus imágenes en movimiento.
Pienso en una posible analogía con "La Noche Americana" (ganadora del Premio Oscar a la Mejor Película Extranjera en 1973), ese gran homenaje de François Truffaut al mundo del celuloide, que incluye el laborioso, apasionado y hasta absurdo proceso que representa realizar un film, una visión cinéfila que jamás será amarga. Si bien fue acusada por su representación idílica de la gran pantalla, para el cineasta francés éste era el lugar de felicidad e ilusión por antonomasia. De hecho, el título hacía referencia al término técnico fotográfico con el que se denominan las escenas nocturnas filmadas con luz de día, mediante la ayuda de un filtro especial que simula la oscuridad. Más fantasía imposible. No encuentro mejor metáfora para graficar este amor inocente y puro hacia el mundo repleto de magia que habita en todo espectador. ¿Será que estamos hechos de películas? ¿Será que ellas están hechas del mismo material que los sueños? Tal vez ambos puedan predecir el futuro….
A tales fines, THE END traduce una mirada crítica aunque luminosa sobre la porción de realidad cinematográfica que examina. Una entre tantas existentes, esperando a ser leída.
PARA TERMINAR PRIMERO DEBES EMPEZAR
Puede a muchos lectores resultar llamativo que la antología se titule «THE END» (de su traducción del inglés, 'fin'). Una sentencia determinante. Esta colección de nueve libros editados en simultáneo fue mi debut literario, y el hecho de que su publicación determine el inicio de un nuevo capítulo en la carrera personal como autor publicado parece casi una paradoja. ¿El comienzo del final?
Recuerdo, de muy joven, maravillarme con el enorme cartel THE END que clausuraba añejas producciones del Hollywood clásico de la Warner Bros., por ejemplo, en los '40. No obstante, la razón del título no es puramente un guiño cinéfilo, sino que adquiere otra dimensión: en tono de broma, refiere a la tarea incansable de revisión y reescritura que comprendió este proceso. Por ello, el 'the end' era casi como un mandato -una auto imposición- a finalizar un ejercicio de recopilación inabarcable que se había extendido a magnitudes impensadas, exigiendo mi capacidad de perfección más allá de lo inicialmente estipulado y aconsejable.
ROCKEROS
CÓMO SURGE "ROCKEROS"
La idea de ROCKEROS surge como una cuenta pendiente y postergada de mi carrera como escritor. Colocada en suspenso un tiempo más que prudencial, luego de haber trabajado, de forma incesante, durante casi dos años, con la antología de cine THE END. Por otro lado, podría afirmar, resume mi carrera en el periodismo de rock. Curiosamente, encuentro en ambos trabajos una misma raíz: sentí la imperiosa necesidad de realizar un proceso de recopilación, reescritura, puesta en valor y en presente de mis escritos -ensayos, columnas de opinión, artículos varios, análisis de discos y coberturas de shows- que realizara en los últimos quince años de mi trayectoria como periodista cultural. Así es como la serie fue cobrando vida, abriéndose como una suerte de prisma, ante mi propia y bienvenida sorpresa.
ROCKEROS pone en perspectiva mi trabajo en el periodismo musical, orientando mi mirada sobre un fenómeno como el rock y trazando valores conceptuales que otorgan a cada libro una entidad individual y, a la vez, un sentido homogéneo que se traduce en el vuelo estético que adquiere la serie. Fue una aventura exhaustiva, demandante, exigente, sumamente perfeccionista y, si se quiere, desmesurada. Para ello es fundamental inundar tu tarea de pasión.
¿QUÉ INSPIRÓ ROCKEROS?
La inspiración primordial radica en el amor y en la admiración que siento por cada uno de los artistas que abordo en la serie. Lo que intento, a través de la escritura, es lograr cierta especie de mimesis con cada biografía en particular. Percibir el núcleo de la obra de cada músico elegido, captar el alma creativa, indagar en la esencia de líricas y melodías. De esa forma, logro impregnarme de la singularidad de cada poética, sintetizarla bajo mi mirada y transmitirle al lector mi parecer literario al respecto.
En lo personal, intento, a través del análisis del lenguaje musical, descubrir sentidos y ampliar perspectivas; bucear en las profundidades de cada canción, disco o etapa analizada. Internarme en los designios creativos de cada artista es lo que realmente me estimula. Hacer de la crítica de rock un acto poético, un rescate histórico y un testamento emotivo. De las historias que sus protagonistas han tejido, contándonos el mundo cambiante y vertiginoso que se abría camino en el ecuador del siglo XX; es así que comprendemos el fenómeno rock. Por ello, la naturaleza de esta serie de libros radica en compartir miradas, anécdotas y curiosidades, no solo sobre gustos musicales, sino sobre sucesos insoslayables que hacen a la historia del rock, con todo aquel lector sensible, ferviente, memorioso y melómano en igual medida.
LA SERIE POR DENTRO
ROCKEROS está conformada por nueve libros que abordan siete personalidades fundamentales del rock argentino, un exponente del rock mundial de habla hispana y un estandarte del rock angloparlante. Si ven cada libro, notarán un hilo individual que fuertemente los une: el camino de búsqueda biográfica sobre cada artista. Volumen a volumen, se revisan discos, canciones y shows; también hay exploraciones que pretenden determinar el impacto de tal o cual artista en otras facetas y expresiones afines, como la literatura, el cine, la fotografía y el arte de los videoclips. Fue una tarea que requirió extrema precisión y un importante grado de recorte sobre cada obra observada.
El proceso de edición, el trabajo de corrección y reescritura casi obsesivo que dedicó la serie, tomó mi tiempo por completo, trabajando a la par del equipo editorial para llevar a las librerías el mejor producto posible. Fue agotador en igual medida que reconfortante, y, una vez más, fue vital el apoyo incondicional de Editorial Vuelta a Casa, a quien agradezco por la confianza que depositaron en mí; por la generosidad, la paciencia, la libertad creativa y la nobleza infinita. Es un grupo humano hermoso con el cual trabajar, y juntos pudimos conseguir este nivel de detalle con tanta puntillosidad, en un año de intenso trabajo. Sin esa sincronicidad, hubiera sido imposible este sueño cumplido como escritor. Batimos todas las probabilidades editoriales en contra, fue una tarea en tiempo récord. De eso estamos hechos y la vida consiste en tomar desafíos.
LOS MÚSICOS SELECCIONADOS
A través de las nueve luminarias que aborda la serie ROCKEROS puede hallarse una intención conceptual que tiene un guiño bastante amigable: si miramos la colección, observaremos que posee cierto orden cronológico; es decir los primeros tres volúmenes están destinados a analizar a la primera generación de nuestro rock nacional -años '60 y '70-, los siguientes cuatro volúmenes se centran en la llamada segunda generación -surgida en los años '80- y, podrían considerarse los volúmenes VIII y IX, una suerte de 'bonus tracks' que llevan la intención de correr el riesgo necesario como para ampliar el punto de vista y adentrarse en terrenos internacionales. Pensemos en Enrique Bunbury como un exquisito estandarte del rock hispanoparlante en todo el mundo y a Guns N' Roses como el epítome de mega banda internacional, desde fines de los ochenta hasta nuestros tiempos.
Como siempre, el lector completará el sentido de esta obra, a quien invito a acompañarme en esta aventura.
DEFINIR EL LEGADO
Por medio del ejercicio literario, intento llegar a la esencia creativa de cada artista que analizo, tarea en absoluto sencilla. ¡Qué osadía la mía!
Pensar en Luis Alberto Spinetta como la melodía infinita. Sus acordes dorados aún resuenan en nuestros corazones; su incandescente poesía sigue alumbrándonos el camino.
Contemplar a Charly García como esa brújula salvaje, rabiosa e indómita. Su obra testimonia a un artista que nos contó el pulso de la historia argentina de los últimos cincuenta años.
Estimar a Indio Solari como el poeta autor de infinidad de himnos de nuestra música popular. El ex líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota encarna un encantador misterio de masividad inexplicable. Rescatar a Gustavo Cerati como epítome del vanguardismo estético y la experimentación sonora. Su sublime don de la seducción hecho elegancia y canción.
Descubrir a Fito Páez como la síntesis del canon que marcó a la segunda generación de nuestro rock; esa eterna banda sonora de nuestras vidas en irrenunciable búsqueda de la libertad.
Valorizar a Andrés Calamaro como un manual de rimas perfectas. El Salmón es la incorrección política, el poeta de mil espinas clavadas y la provocación a flor de piel.
Qué decir de Pedro Aznar, un exquisito paladar que nos deslumbra con líricas y melodías de impecable factura; un virtuoso perfeccionista e incesante creador.
En el plano del rock hispano parlante de nivel mundial, Enrique Bunbury puede considerarse como la mutación artística permanente; es la voz, el carisma y la actitud arrolladora, disidente e inconformista. Por último, en el plano angloparlante, Guns N´ Roses asume al rock como una poderosa maquinaria que engendra riesgos, rebeldías y exceso. GN'R quiere decir Axl Rose, y viceversa.
APOLOGÍA ROCK
Como todo abordaje crítico y toda concepción estética, ROCKEROS resulta sumamente parcial y subjetiva, y en la singularidad de esa mirada personal es donde encuentro mi voz, y así pretendo atraer a cada lector. ROCKEROS no persigue jerarquías ni fines enciclopédicos, sino que pretende revelarse, nada más y nada menos, que como un viaje al mundo poético y creativo de una estirpe de nombres fundamentales, propuesto desde mi humilde concepción literaria.
Ante lo expuesto, la serie podría verse, también, como un resguardo nostálgico: la firme intención de ser un homenaje a los artistas allí abordados, y en la admiración personal para con ellos existe el sincero deseo de hacer justicia a semejantes pioneros, mediante un acto escrito que intenta condensar carreras tan ilustres y prolíficas. Esta colección invita al lector melómano a perderse en sus laberintos, a identificar sonidos que lo estimulen, a descubrir gemas musicales y a reconocerse, en definitiva, en este camino que transitamos todos quienes amamos la música, algo que incluye a comunicadores culturales, fieles escuchas, bohemios navegantes, compradores compulsivos de discos, habitantes de miles de noches de recitales o lectores voraces de crónicas musicales. Criaturas del universo rock hermanadas bajo el mismo signo: '…hervidero de palabras, solo escucha tu alma el lenguaje universal…', enuncia nuestro siempre recordado Gustavo Cerati en "Rio Babel", canción editada en "Bocanada" (1999).
PARA TODA ALMA MELÓMANA
Más allá de los saberes teóricos, valoro siempre a la curiosidad como una aliada indispensable, en cualquier campo de la lectura. Considero que todo destinatario de la obra podrá comprender que ROCKEROS surge, desde su génesis, gracias a la profunda pasión por la música que en mí habita y de la necesidad de comunicar esta maravillosa forma de expresión. También, resume parte de la historia de mi oficio como escritor.
Más allá de la cultura rock que se posea, aspiro a despertar sentidos y, porqué no, animar al lector a tomar un camino inesperado, cada libro nos tiene reservado esa clase de viaje que augura maravillosos descubrimientos. En ROCKEROS verán espejada la mirada juvenil fascinada; también aquella más madura y experimentada, que vuelve la vista atrás y reconoce, en esas entrañables melodías, momentos que marcaron por siempre su vida.
Allí está la canción para los días de la vida, esperándonos en su brisa inmensa de libertad.
ROCK DE MI VIDA
EL DILEMA Y LA PIEDRA ANGULAR
La idea primaria de este par de libros surgió a comienzos de 2020, mientras me encontraba finalizando la etapa de escritura de la serie ROCKEROS. Comencé a añorar y querer hacer realidad este proyecto; sentí que existía otra parte de mi vínculo emotivo y profesional con la música que debía cobrar identidad propia.
Al momento de realizar la recopilación del material que se incluyó en ROCKEROS y llevar a cabo un proceso de reescritura sobre esa serie de textos para adaptarlos al formato libro, me encontré con una importante cantidad de archivos generados por mí, a lo largo de estos últimos quince años como periodista cultural, transitando la escena rock, y me vi en la ardua -pero necesaria- tarea de desechar una gran porción del mismo, que abarcaba otra serie de emblemas que no formaban parte de la presente publicación. La dirección tomada era claramente otra. ¿Qué hacer, entonces, con todo ello?
Durante los dos años de trabajo en los cuales se gestó ROCKEROS, fue imperioso centrar la atención en los nueve artistas seleccionados; es por ello que, convine con la editorial en reunir todo el remanente de producción que no se ajustó a los criterios conceptuales de dicha colección y editarlo de forma independiente, bajo un formato de libro en dos volúmenes. Inicialmente, pensé en un posible símil 'lado A y lado B', -en referencia al formato del antiguo, nunca olvidado y siempre querido vinilo- que incluyera crónicas melómanas en primera persona, acerca de artistas, bandas, shows, discos y canciones de rock, tanto nacional como internacional, de todos los tiempos.
PROCESO CREATIVO Y SELECCIÓN DE MATERIAL
Considero que se escribe desde la necesidad, desde la pulsión incontenible, desde el deseo de transmitir una mirada estética o poética sobre aquello que te conmueve, sorteando las tormentas creativas en la que nos sume el oficio. Aquello que toca tu fibra interior, aquello que anhelas transformar desde tu mirada, se convierte en el próximo Moby Dick a conquistar. O tienes eso dentro, o simplemente no lo tienes.
A medida que me encontraba finalizando el proceso de recopilación y reescritura de textos que conformarían la citada serie ROCKEROS, me encontré con cuantioso material que fue descartado -al no cumplir con el canon conceptual trazado para dicha serie- y percibí allí miradas sumamente valiosas, que tenían que ver con mi tránsito en el periodismo musical y mi ligazón emocional con numerosas bandas y artistas que conforman la banda sonora de mi vida. Así es como se fue allanando el camino para que esos textos pudieran ser justamente revisionados y valorados bajo un proyecto diferente. Sentí la imperiosa necesidad de sacar ese material a la luz y de actualizarlo al presente. Moby Dick a la vista…
EL CONCEPTO EN ESPEJO
La colección se encuentra dividida en dos volúmenes que vertebran, por separado, la historia del rock anglosajón y argentino, desde los tempranos años '50 hasta nuestros días. Conceptualmente, ambos se espejan a través de ensayos que capturan momentos claves y absolutamente subjetivos en su elección. Un puñado de bandas, músicos, canciones, álbumes y shows tan trascendentales como inolvidables, en suerte de caprichoso itinerario rumbo a mi personalísimo olimpo de rock.
Junto con la Editorial Vuelta a Casa, convenimos en que la mejor decisión era otorgar a estos libros una impronta de saga en díptico, con un fuerte anclaje en el presente. En la presente edición, se incluye cuantioso material inédito que fue escrito especialmente durante el último año, a fin de darle a mi mirada sobre el rock no solo un abordaje retrospectivo, sino un testamento firmemente contemporáneo. Y con un aditamento: se amplía sobre el material ya publicado un año atrás. Son libros voluminosos, que orillan las trescientas páginas cada uno de ellos.
A lo largo de sus capítulos encontrarán crónicas de shows en primera persona, ensayos que intentan explicar el nacimiento y la proliferación del rock, también efemérides históricas. Se incluyen semblanzas biográficas de grandes artistas y bandas, ejercicios poéticos sobre determinadas obras, análisis de discos y canciones que han sobrevivido al paso del tiempo y son monumentos para comprender de qué hablamos cuando hablamos de rock. Además, se incorporan vínculos del género con otras artes, como el cine (bandas sonoras imprescindibles) y la literatura (los libros sobre rock son toda una entidad), como prueba de que la intertextualidad nutre su persistencia en el tiempo de principio a fin. Y todo ello, acompañado de cuantioso material fotográfico y un exhaustivo detalle técnico sobre variada discografía.
Lo complejo de esta labor editorial implicó considerable artesanía y sumo perfeccionismo en el apartado visual durante su trabajo de edición, ocurrida a lo largo de un año calendario completo.
EL PULSO SECULAR
ROCK DE MI VIDA invita al lector a un recorrido cronológico, marcado por décadas o etapas claves que rescatan la historia del género en inglés y sus derivados desde el blues, luego diversificándose en su apropiación a nuestro idioma y anclándose en el recorrido particular del rock argentino como género popular masivo. Ensayo aquí un mapa musical de mis influencias y una posible radiografía del rock como un fenómeno que dinamitó sus propias fronteras y se convirtió en un hito impostergable para comprender el siglo XX, tanto en su tesitura política como social.
Sendos ROCK DE MI VIDA fueron escritos y pensados para todo melómano amante del rock, que pueda resonar en la naturaleza del mismo como un necesario acto de rebelión, forma de vida y disidente actitud para tiempos de crisis, despojado de cualquier insignia étnica, ideológica, idiomática o incluso geográfica que pudiera restringir o cercenar apreciaciones estéticas o intelectuales que sobre él pudieran verterse. Porque el rock es alimento espiritual, rito de celebración y oración tribal bajo infinitas concepciones y posibilidades. El rock es idiosincrasia contracultural.
SENTIDOS REVELADOS
LA CLAVE DE REVELAR EL SENTIDO
SENTIDOS REVELADOS intenta ser un abarcador ensayo sobre arte y creatividad, cuya idea primaria sigue el siguiente lema: cada línea conceptual que alberga una imagen y su ilimitado poder analítico, nos brinda un fértil territorio de búsquedas y hallazgos. La lectura de una obra de arte implica poner a prueba nuestra sensibilidad poética, atractivo desafío en pos de entregarse a un profundo acto de comunión con aquella pieza que nos interroga, con miras a completar un muy personal sentido. Lo interesante de este ejercicio reside en que el conocimiento desprende tantas ideas como conjeturas posibles.
Componer una pintura, una película, una puesta teatral o una obra poética, se vale de diferentes mecanismos reducidos a un denominador común: el artista intenta dejar, a través de su creación, una huella rastreable e indeleble, expresando su mirada sobre el mundo que lo rodea. Allí aparece en inmediata función la labor del crítico cultural, entendido como un puente entre el creador y el espectador o consumidor de dicha obra.
NACIMIENTO DEL PROYECTO
Escribí este ambicioso ejercicio literario durante exactos dos años. La idea seminal del mismo surgió al momento de recopilar más de un centenar de ensayos realizados a lo largo de toda mi trayectoria periodística, abordando diversas expresiones artísticas y aunándolas. En primer lugar, existieron dos ideas fundamentales que terminaron confluyendo, allanando el camino. Por un lado, mi intención de llevar a cabo un extenso ensayo acerca de cuestiones tan inmanentes a la vida del artista, como son la creación y la inspiración (¡tan complejas de definir!), y cuyas variables atraviesan los procesos en búsqueda de la propia voz creativa. En segundo orden, me preocupé por indagar en la intrínseca belleza que habita en las obras que nos conmueven.
SENTIDOS REVELADOS es un testamento personal acerca de mi mirada como crítico cultural, tarea a menudo infravalorada e indispensable nexo facilitador que acerca al consumidor de arte a expresiones y artistas imprescindibles. En cada uno de los componentes incluidos en el presente ensayo cobra valor el sentido revelado que desde el objeto mismo se refleja hacia la propia mirada, a partir de las múltiples interpretaciones que posee todo acto artístico que interpele nuestras emociones.
DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN
De la literatura a las artes visuales y del lenguaje musical al cine o la TV, el presente libro se estructura a través de diferentes secciones que vertebran la diversidad de artes abordadas, por medio del análisis de obras determinadas que nos ayudan a comprender la importancia cabal de movimientos, tendencias, estilos, artistas y épocas, a lo largo de la historia del arte, otorgándose especial interés a una mirada que coteje la producción contemporánea.
En mis comentarios introductorios cito al escritor Julio Cortázar, al respecto de la relación que traban cine, escritura y fotografía desde sus respectivos dispositivos de comunicación. Precisamente, en dichas líneas me detengo en la adaptación que hace Michelangelo Antonioni del cuento "Las Babas del Diablo" en "Blow-Up" (film estrenado en 1966), persiguiendo un hondo sentido metafórico: a partir de la idea de la reproductibilidad y la ampliación del objeto, se nos permite comprender al mismo bajo una nueva concepción y significado. Solo así nos será revelada la verdadera belleza que al ojo humano le resulta imposible capturar en su totalidad. Ni más ni menos, esto ilustra el más allá de nuestra capacidad de observación, porque la pluralidad y la subjetividad de toda apreciación es la que, justamente, enriquece el juicio crítico sobre una obra, sujeto este a la propia cosmovisión y eco personal que cada obra suscite en su receptor.
CRITERIOS PARA EL RECORTE TEÓRICO
La intención inicial del recorte teórico llevado a cabo para la presente edición era abordar las expresiones artísticas que más me conmuevan, tanto en mi faceta de compulsivo consumidor de arte, como también poniendo en perspectiva mi labor como divulgador cultural. Indefectiblemente atravesado por el gusto personal, no solo exploro aquí aristas y artistas de mi preferencia, sino también actualizo al presente ensayos, crónicas y coberturas periodísticas realizadas con anterioridad y previamente publicadas en la web. Por ello, esta edición de libro físico también me posibilitó mensurar mi trabajo de investigación y cuerpo de obra ensayística llevado a cabo durante más de quince años en el medio, con el desafío de actualizar la propia mirada reescribiendo muchos de los textos elegidos, produciendo otros tantos inéditos y otorgándoles al enfoque del más de centenar en ensayos que componen SENTIDOS REVELADOS un cariz homogéneo.
Para los contenidos analizados en cada uno de sus capítulos, tomé en cuenta la preminencia de ciertas obras de teatro, muestras plásticas, patrimonios arquitectónicos, libros, películas y composiciones musicales que forman parte del legado cultural que me atraviesa. Haciendo de la crítica cultural una necesaria herramienta de análisis de la vida en sociedad, traté de discernir, a través del estudio de cada lenguaje y sus cruces con otras disciplinas -como la psicología, las neurociencias o la filosofía-, los motivos por los cuales un determinado número de obras permanecen presentes e igualmente actuales entre nosotros. Porque hablar de atemporalidad implica referirse al tiempo histórico en que fueron producidas: un acto artístico que, a través de los siglos, puede dialogar -en contingencias políticas, históricas y geográficas tan disímiles entre sí- con el hombre que hoy atestigua su permanencia, es indudable indicativo de que existe algo auténticamente resplandeciente en su esencia, más allá de la circunstancia que lo hiciera posible. Allí anidan la magia y la belleza del acto creativo.
DIFICULTADES (Y RECOMPENSAS) HALLADAS EN EL CAMINO
Quiero aclarar que este es un libro que vio modificada por completo su naturaleza, desde que comencé a pensarlo como tal, hasta que finalmente vio la luz, hacia 2021. Arribar a su forma y arquitectura definitiva representó un proceso en extremo arduo, desafiante y, debo decir, casi camaleónico. Recuerdo especialmente los distintos estadios que atravesó; su consecución me ilusionó particularmente, por sobre cualquier semejante que haya antes encarado. Lo dificultoso de la empresa, al contrario de frustrarme, me motivó en especial a superarme.
El hecho de volcar en este recorte teórico un parecer tan personal, subjetivo y microscópico respecto a ciertas obras imprescindibles del último siglo en materia de cine, teatro, música, artes plásticas, fotografía, literatura, poesía y formato televisivo ha sido una aventura tan reveladora como alucinante y ha requerido de la capacidad de síntesis, nunca una virtud en mí. Lo que hago aquí, entonces, y creo fundamental a la vocación y el ejercicio de la escritura en cualquiera de sus facetas, es expandir las fronteras del juicio estético. SENTIDOS REVELADOS, un episódico ensayo sobre crítica de arte, continúa siendo una obra muy querida por mí y en su postergación, entiendo, radica su necesaria maduración.
LA MIRADA RADAR
En numerosas entrevistas que he brindado se ha hecho hincapié en mi eclecticismo, polivalía o versatilidad a la hora de elegir y abordar proyectos. Casi nunca he repetido el área de interés de modo consecutivo. Es decir, a una publicación de cine le ha sucedido una de música. A una de fotografía una de prosa poética. Lo mismo ocurre con este libro sobre crítica de arte, cuya índole dista de su inmediato precursor. Supongo que está constante en mi trayectoria habla acerca de mi naturaleza inquieta.
Como seres creativos, la primordial búsqueda de la profundidad y lo desconocido hace imprescindible salirnos de cualquier zona de confort posible, poner a prueba nuestros sentidos y explorar, en infinita curiosidad e inquietud nuevas fronteras. Como escritores, nuestro espíritu de superación nos anima a reinventar la propia mirada, y no cesar en pronunciarnos, estética y conceptualmente, sobre aquello que llama nuestra atención. En ese campo de batalla persiste y resiste la llamada voz autoral. Es nuestra misión como comunicadores.
Para quienes hacemos crítica cultural, cada obra de arte está allí esperándonos, dispuesta a ser debatida y puesta a prueba por toda sensible apreciación que complete ese acto de íntima comunión. En SENTIDOS REVELADOS intento traducir ni más ni menos que ello, a partir de la exploración de diversos formatos, soportes y expresiones artísticas, con miras a reflexionar acerca del legado artístico que atestigua el hombre de nuestro tiempo.
100 DIRECTORES DE CINE
CADENA DE EVOLUCIÓN
A lo largo de su primer centenario de vida y profuso legado cultural, el cine, una exitosa fórmula que aúna de modo equitativo entretenimiento y reflexión, encarna un poderoso instrumento artístico puesto en manos de mentes brillantes. En 100 DIRECTORES DE CINE: ESTUDIO CRÍTICO DEL LENGUAJE intento rescatar el legado de cien directores imprescindibles que resguardan en sus respectivas obras una mirada comprometida con la realidad que los cobija, y que, además, constituyen hitos insoslayables de la industria y el arte cinematográfico.
Su origen acontece como un llamado de las musas, como suele ocurrir casi siempre. Esta aventura ensayística data desde los primeros meses de 2020, y comenzó intentando abarcar la mayor cantidad de cinematografías, estilos, épocas y corrientes posibles. Se adivina como un interesante mosaico que pretende sintetizar cada cuerpo de obra, captando elementos de la técnica y la estética de cada director o directora, ejemplificando marcas personales de estilo en determinadas películas claves.
Tras el rastro de la especificidad individual, me propongo estudiar el uso que cada uno de los autores seleccionados hace de una serie de elementos primordiales para la comprensión del lenguaje. La cámara y sus bondades expresivas; las dotes narrativas de todo experto en la materia; la utilización de la puesta en escena; la injerencia que conlleva la música en los relatos; la funcionalidad estética de una notable composición fotográfica. Como podrán imaginar, ha representado un gran desafío conseguir poder de síntesis sin perder eficiencia didáctica…tal vez se trate de mi propia tesis como crítico: comprobar que este centenar de absoluta maestría conforma una especie de cadena evolutiva del lenguaje mismo.
APUESTA POR DUPLICADO
100 DIRECTORES DE CINE aborda un estudio crítico del lenguaje cinematográfico, de manera cronológica y a través de una llamativa consigna: cien directores fundamentales que cambiaron el curso de la historia del séptimo arte. En cada uno de ellos y ellas puede percibirse, gracias a su representativa pericia y singularidad, un impacto esencial en el desarrollo de una de las expresiones artísticas más preponderantes del siglo XX.
Como comunicadores, resulta vital colocarnos en el lugar de puente facilitador para acercar tales concepciones artísticas al lector, a través de marcos intelectuales que guíen la comprensión. Es por ello que me detuve a elegir hombres y mujeres cineastas de todas las épocas y latitudes, desglosándolos en el libro de modo cronológico. Y me propuse, en cierta forma, ampliar el sentido de lo que anteriormente planteara la publicación de mi autoría GRANDES AUTORES DEL CINE MUNDIAL: UNA CIERTA TENDENCIA DE LA HISTORIA, incluida en la anteriormente citada colección THE END, UNA ANTOLOGÍA CINEMATOGRÁFICA. Sin embargo, esta suerte de sucesor multiplica la apuesta casi al doble, ofreciendo suficiente material inédito y adentrándose en protagonistas de la historia del cine que no fueran previamente tenidos en cuenta para la mentada antología.
Editado en 2021, intenté aquí duplicar la idea disparadora de mi antecesora incursión literaria repitiéndome lo menos posible, al momento de descubrir un corpus de grandes directores con cualidades bien distintivas. Un centenar de nuevos nombres a quienes la siempre exigente etiqueta de 'autor' podría calzar a la perfección.
NO ES CON ÁNIMO DE RANKEAR
A lo largo de las prestaciones de mis libros en medios se me ha consultado acerca de esta supuesta manía que tenemos los críticos de pretender congregar lo mejor (o lo peor) que defina cierta época o rasgo de estilo bajo un número redondo. Los diez mejores intérpretes de la historia...los veinte más destacados westerns de la era dorada...los treinta films más subestimados del nuevo siglo. Es todo un reto, de por sí. ¡La maravillosa cantidad y calidad de talento que dejamos fuera por nuestro sesgado punto de vista! Las listas no son más que eso, pura tendencia.
No obstante, rankear el centenar de directores que componen este libro no fue la intención primigenia. Así como en mis anteriores incursiones 100 GRANDES PELICULAS PARA ENTENDER EL CINE o CINE SIGLO XXI: 200 PELÍCULAS ELEGIDAS, el sentido del recorte elegido persigue motivaciones ulteriores, y, entiendo, superadoras al mero afán de posicionamiento
A raíz de lo expuesto, 100 DIRECTORES DE CINE: ESTUDIO CRÍTICO DEL LENGUAJE, puede apreciarse como un puente trazado para pensar la esencia del séptimo arte y de cómo este ha testimoniado la evolución y la condición humana, a través de un centenar de cineastas fundamentales, como asequible recorte teórico. Este ejercicio resulta un estimulante camino a descubrir ponderables facetas de la técnica, la crítica y la industria cinematográfica, rescatando marcas de estilo de cineastas influyentes, en pos de generar marcos conceptuales que guíen al lector hacia la comprensión.
Como autor, intento desentrañar la importancia cabal de esta serie de figuras de absoluto culto y su incidencia en la creación de films inolvidables, hitos insoslayables de un lenguaje en permanente evolución. El elenco de cineastas seleccionados abarca clásicos esenciales como Eisenstein, John Ford, Kurosawa, Orson Welles, Charles Chaplin o Alfred Hitchcock; exponentes vanguardistas como John Cassavetes, Robert Bresson, Jean-Luc Godard, Michelangelo Antonioni o Federico Fellini; estandartes del cine contemporáneo como Martin Scorsese, Woody Allen, Steven Spielberg, Pedro Almodóvar o Clint Eastwood y talentos destacados del nuevo milenio como Christopher Nolan, David Gordon Green o Denis Villeneuve, entre muchos otros.
Subjetiva, como toda lista, deja fuera de registro a nombres igualmente pertinentes. No obstante, considero que cada uno de los incorporados merece, sobradamente, el lugar que ocupa, y a cada uno de ellos les estoy profundamente agradecido.