Tercer Encuentro Virtual: "HAMLET"

12.07.2021

LA OBRA DE WILLIAM SHAKESPEARE, COMO TESTIMONIO DE LA CONDICIÓN HUMANA

- HAMLET, 1990

Dirección: Franco Zeffirelli

Guion: Franco Zeffirelli, Christopher De Vore. Teatro: William Shakespeare

SINOPSIS - El rey de Dinamarca muere y su viuda Gertrude (Glenn Close) se casa a las pocas semanas con su cuñado Claudio. Hamlet (Mel Gibson), el primogénito, no puede olvidar a su padre, cuyo fantasma se le aparece en el castillo y le confirma que fue envenenado por su propio hermano.

Premios:

1990: Oscar: 2 nominaciones (Mejor dirección artística y vestuario)

1990: Premios David di Donatello: Mejor film extranjero (ex aequo). 2 nominaciones

1991: Nominada Premios BAFTA: Mejor actor secundario (Alan Bates)

Link - https://www.youtube.com/watch?v=qgNWpEb_mfM 

- HAMLET, 1948

Dirección: Laurence Olivier

Guion: Laurence Olivier. Obra: William Shakespeare

SINOPSIS - Después de haber asesinado a su hermano, el rey de Dinamarca, Claudius se casa con la reina y ocupa el trono danés. En medio del dolor, al príncipe Hamlet se le aparece el fantasma de su padre reclamando venganza contra su asesino. Hamlet decide entonces contratar a una compañía de actores ambulantes para que representen en la corte una obra en la que se muestra el asesinato de un rey a manos de su hermano y en idénticas circunstancias. Hamlet espera ver cómo la reacción de su tío confirma su culpa.

Premios:

1948: 4 Oscars: incluyendo mejor película y actor (Laurence Olivier). 7 nom.

1948: 2 Globos de Oro: Mejor actor (Laurence Olivier) y película extranjera

1948: Premios BAFTA: Mejor película. Nominada a mejor film británico

1948: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actor (Olivier). 3 nominaciones

1948: Festival de Venecia: León de Oro, actriz (Jean Simmons) y fotografía

Link - https://www.youtube.com/watch?v=S6MV0d6RBaE

El argumento de esta obra gira en torno a la venganza llevada a cabo por el príncipe Hamlet para vindicar la muerte de su padre, el rey Hamlet, quien ha sido asesinado por su hermano Claudio. Siguiendo la huella de otras tragedias del autor, el protagonista no puede evitar librarse de un destino catastrófico que lo conduce hacia la literal locura. Si bien toda relectura literaria nos aventura a descubrir nuevas miradas, volver sobre esta gema tradicional del genio inglés habla de cómo las sociedades y el hombre traen al presente el poder de estos textos, conservándolos actuales, relevantes.

"Hamlet" enfrenta el desafío de toda adaptación: ser fiel al texto original, labor que cumple con creces en ambas películas visionadas, respetando el espíritu de la obra. Cotejarla nos ofrece una óptica anclada en la contingencia social contemporánea, gracias a paralelismos y cambios de perspectiva tan sutiles como providenciales. Un objeto preciado destruido simboliza el poder de un reino, también el mundo interior de un rey acosado por sus fantasmas. El precio de una corona envuelve, mancha y corroe a los diez personajes de la tragedia shakesperiana escrita en el siglo XVII. Los temas que atraviesa son de una profundidad y certidumbre existencial innegable; lo atemporal de su huella reside en que -a lo largo de los tiempos- sus relatos continúan invariables, vigentes y fuertemente necesarios.

Sendos autores, Olivier y Zeffirelli, conciben una brillante adaptación de un clásico, siendo fiel a su propia visión autoral, que encuentra en Shakespeare y la hondura dramática de su obra, el territorio fértil en donde explorar ese micromundo plagado de ansias de poder, celos, sexo, traición, honor y venganza. Nativo de Stratford-upon-Avon (Warwickshire), es la esencia teatral del mundo occidental, aún revisitado por los artistas más variopintos del siglo XX. Pensemos en la matriz intertextual que posee una obra de la profundidad de "Trono de Sangre" (1957) de Akira Kurosawa, una visión profundamente arraigada en lo oriental y pertinente en su reformulación espacio-temporal.

Esta obra es una tragedia universal en permanente conflicto con los ideales que denuncia: el plan de venganza como hilo conductor funciona como disparador para cuestionarnos sobre la naturaleza intrínseca de estos personajes, inspirando una obra vigente a lo largo de los últimos cuatro siglos. Quizás la explicación se encuentre en que el ser humano, precisamente, lleva dentro suyo esa herida sin cicatrizar; el dilema de la existencia y el enigma permanente sobre un interrogante tan antiguo como inasible. No obstante, el "Hamlet" contemporáneo encuentra un matiz político en la consumación de su venganza.

Este clásico de Shakespeare se ha instalado en el inconsciente colectivo del hombre, atravesando épocas, geografías y paradigmas de modo atávico: en su silencio sagrado, en su nefasta putrefacción, en su disyuntiva de ser o no ser. "Hamlet" dibuja la silueta del hombre modélico aspirante a la corona, protagonista de una de las obras más influyentes de la literatura anglosajona. Moderno y aggiornado -según la coyuntura ética y moral lo requieren-, el espectador descubrirá que "Hamlet" denota una serie de paralelismos con nuestra realidad contemporánea que proveen un profuso análisis. Aquel reino, literalmente partido, funciona como metáfora de la desunión familiar. Aquella corona, mancillada y descompuesta en corrupción, resulta en el dantesco y turbulento escenario donde se desatará la locura.

La obra original nos provee un Hamlet inconmensurable, excesivo, descomunal, pusilánime, vasto, revolucionario y ardiente; según avanza el relato y los dobleces de su personalidad dictan. Es válido preguntarnos, en dónde radica su poder, absolutamente atemporal, que permite que se la siga representando, bajo diferentes contextos culturales, históricos y sociales y, aun así, resuena tan urgente, y en sintonía con los conflictos que representa, encontrando su eco actual. Su vigencia ininterrumpida perdurará, en tanto y en cuánto el ser humano continúe -inalterable- su senda ambiciosa, lujuriosa y avara.

¿Qué inquietudes medievales se resignifican en nuestras coordenadas socio-históricas del presente? Seguramente, todas las posibles. La naturaleza imperfecta, el egoísmo sin límites, la sed de dominación y el profundamente malvado temperamento humano, son marcas personales que el autor inglés ha transitado en su obra. Basta mencionar "Macbeth" u "Othello", para internarnos en la perversa psicología del poder; el deseo de venganza y dominación que acompaña al alma humana por los siglos de los siglos. La pasión que "Hamlet" suscita nos invita a revisionar estos preciados clásicos, volviendo la mirada al presente y redescubriendo lo imperecedero de su valor. Figura insoslayable del canon literario occidental, Shakespeare continúa siendo necesariamente auténtico.

"Ser o no ser, esa es la cuestión" es la primera frase del soliloquio o monólogo del personaje Hamlet de la obra de teatro 'Hamlet, príncipe de Dinamarca', escrita alrededor del año 1603 por el dramaturgo inglés William Shakespeare (1564-1616). Esta frase representa la pregunta esencial de la experiencia humana, atribulada frente a las tensiones que se producen entre la voluntad y la realidad, entre la vida y la muerte. La frase, convertida en una referencia universal de la literatura y el arte dramático, invita a preguntarnos por la profundidad del significado de esta duda existencial, evidente en la tribulación emocional que paraliza al personaje. Ser o no ser, estar o no estar, es la pregunta fundamental de la experiencia humana en busca de su dirección y propósito. El escenario teatral shakesperiano recrea la duda humana universal, y un propio examen de conciencia, interrogando a cada espectador sobre su verdadera existencia e identidad.

Del Hamlet de Zeffirelli destacamos las siguientes virtudes: su brillante puesta en escena, el clasicismo moderno que actualiza la pieza original y logrando una prodigiosa interpretación de un elenco estelar. La partitura musical de Ennio Morricone y la dirección artística del film, nos prueba el gusto estético de Zeffirelli. El tema de la venganza y del arrepentimiento de la obra original respeta el espíritu shakespeariano, que en palabras, en propio Zeffirelli lo expresa: "El cine es un reflejo de la civilización. La gente joven necesita un Hamlet que les pertenezca...Yo quería contarles la historia a los jóvenes de hoy en día, que quizá jamás han leído a Shakespeare, o que piensan que Hamlet no tiene nada que ver con ellos. Hamlet es una persona increíblemente moderna. Le es difícil decidir exactamente lo qué debe hacer y cuándo debe hacerlo". Y añade sobre Hamlet: "Hamlet ha perdido la corona, pero vemos que no es eso lo que más le molesta; él sabe, básicamente, que no ha nacido para ser rey. Ha nacido para ser un hombre nuevo, con todas sus dudas, inseguridades, sueños y esperanzas. Es el eslabón -concluye- entre la Edad Media y el Renacimiento".

La inmortal obra de Shakespeare fue llevada al cine, con eficiencia, por el gran experto Laurence Olivier, quien lo adaptara en otra media docena de oportunidades. Olivier hace uso del recurso del parlamento en off en las secuencias de los monólogos, destacando tal empleo en la única adaptación de Hamlet en la que se ignora completamente dos personajes importantes: Rosencrantz y Guildenstern, una decisión criticada, pues se pasa por alto dos personajes íntimamente ligados con el desarrollo de la trama. 

AUDIO DEL ENCUENTRO VIRTUAL