Teatro / "MEDEA" (Centro Cultural de la Cooperación)

30.10.2024

★★★★

Créditos foto: Gastón Frías

Con adaptación de Irina Alonso (quien ya hiciera lo propio en 2017, además de protagonizar dicha versión), esta notable pieza trae al presente la clásica tragedia de Eurípides. Con evidente vigencia, contemplamos los pliegues de un trabajo de dramaturgia que aborda y dimensiona la trascendental figura de Medea, mujer bárbara y disidente de las normas impuestas. Descendiente del sol, los acontecimientos la mostrarán apta de cometer el crimen más condenable y despiadado de todos.

En medio de un panorama ominoso y amenazante, donde los ríos sagrados corren al revés y regresan a sus fuentes, existen hechos los suficientemente extraños que se manifiestan, entre muchas formas de hacer el mal. La justicia y el mundo vuelven a estar revueltos, la fe jurada en nombre de lo divino se extingue...el castigo más terrible es la única certeza pronta a acaecer. Imposible es saber lo que se nos tiene preparado, porque casi nunca ocurre lo esperado; así de absurdas son las cosas y el destino. Los humanos solemos preguntarnos qué hubiera pasado si…

Una hechicera exiliada, pisoteada y desechada, se convierte en el ser más desgraciado sobre el planeta, atormentado en su bendito dolor. A su alrededor, todo es desunión y sufrimiento. Nos adentramos en terrenos de ardua exploración moral; la tortura es del alma, el corrompimiento de los cuerpos. Medea, trastornada, no come ni duerme, ni quiere ver a sus hijos. ¿Podrá vivir feliz en algún lado? A veces es mejor abandonarse: una mujer destemplada y orgullosa suele irritar a los dioses.

Su condición la ha llevado a ocupar un lugar injusto en la historia, en sintonía a como el curso de la misma refrenda, pero todo está por cambiar. Porque, tal y como se anuncia, pronto llegará para el linaje femenino la hora del respeto y la honra; la mala fama no puede por siempre prolongarse. Pareciera ser el momento de invertir el sentido de la persecución y hablar sobre sobre la raza de los hombres, predadores e inventores de la guerra. Medea provoca desde lo alto, a quien esté dispuesto a escuchar. El escenario se tiñe de rojo sangre.

Con la suerte en sus manos, será ella, y solo ella, quien decida sobre su futuro; la dominación de la propia voluntad por parte del poder machista es algo que drásticamente debe ser modificado, y sin rodeos: decidida a confrontar el mandato socialmente aceptado, prefiere ir tres veces al frente de combate antes que parir una sola vez. Porque, a veces, las mujeres tienen que tomar decisiones horribles. Dispuesta a convertir en cadáveres a sus enemigos, con mano firme urdirá un plan asesino, invocando sombras silenciosas, desatando el caos. Y aunque tenga el conocimiento y los medios necesarios para devolver el golpe, violento y por despecho, no tomará en cuenta un arma de doble filo: el deseo excesivo podría conducir a la muerte.

Con notables hallazgos, un gran referente de nuestro teatro independiente como Gustavo Pardi ("El Zoo de Cristal", "Son de Mar") se hace cargo de la dirección de una obra polémica y rupturista, que cuestiona la vocación de ser madre y de proteger a la propia descendencia. "Medea" se anima a hacer preguntas y afirmaciones incómodas. ¿Es el amor la peor de las maldiciones? ¿Cuál es el dolor más grande que puede infligirse a un padre? Tramo a tramo, nos adentraremos en la locura, la ambición, la venganza, los celos y las dudas que envuelven a un personaje cuya inherente dualidad revela capas de oscuridad que interpelan al espectador; inclusive, cara a cara: rumbo a las escalinatas se rompe por completo la cuarta pared.

Un sobresaliente apartado de iluminación, así como un esmerado trabajo coreográfico, cobran una injerencia fundamental a lo largo de una experiencia teatral que permite un atractivo cruce de géneros, y puede también comprenderse como homenaje al cine de terror y a la estética expresionista. Otorgando calidad a la propuesta, el ingrediente musical se hace presente para poner en palabras actos pecaminosos, a medida que los protagonistas interpretan "Back to Black" de Amy Winehouse y "Born Bad", de Juliette Lewis (incluida en la película "Asesinos por Naturaleza", de Oliver Stone).

Dentro de los muchos aciertos que la presente obra posee, quizás el mayor de ellos sea otorgar el rol de Medea a la deslumbrante Antonella Fittipaldi, también participante del exitoso musical de calle Corrientes "La Desgracia" (cursando su octava temporada en Paseo La Plaza). Contemplamos la consagratoria interpretación de una actriz efectiva en internarse en un absorbente tour de forcé que exhibe sus múltiples virtudes interpretativas. Su cuerpo y su voz son inmediato instrumento de emociones: lo erótico, lo frágil, lo intempestivo, lo abyecto y lo horroroso conviven bajo la piel de una figura mitológica capaz de mutar en el más cruel de los animales.

Acompañando a la descollante Fittipaldi, seis talentosos intérpretes completan el elenco (Adriano Barisone, Iván Díaz Benítez, Lourdes Anahí Gómez, Carolina Krivoruk, Noelia Perea y Marcelo Sánchez), algunos de los cuales son oriundos de Lomas de Zamora, localidad de dónde es nativo Pardi -actor de extensa trayectoria, también en nuestro medio audiovisual-, y con la cual guarda profundos lazos.

La dupla conformada junto a Alonso (especialista en la adaptación teatral de célebres textos) concreta una estupenda labor a la hora de deconstruir un mito y volverlo relevante bajo la mirada actual. "Medea", con participación en voz en off de la gran Ingrid Pelicori- es promesa de gran teatro. En la sala González Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación, los sábados a las 20hs., la cita se asume imperdible.