Teatro / "ESCARABAJOS" (Centro Cultural de la Cooperación)
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Con la destacada actuación de Victoria Onetto, Nelson Rueda y Eloy Rossen, fue estrenada en el Centro Cultural de la Cooperación (en marzo pasado), la premiada obra "Escarabajos", autoría de Pacho O'Donnell y llevada por primera vez a escena en agosto de 1975 en el Teatro "Payró", con la dirección del recordado Hugo Urquijo. Consolidado como un clásico teatral argentino, el texto exhibe profunda vigencia, gracias al notable talento de quien ahora asume dicho rol: Juan Manuel Correa, pilar de nuestro teatro independiente. La vigencia de la pluma de O' Donnell se pone de manifiesto en esta auténtica pintura de época y marcada crítica social, a la que, cronológicamente en su adaptación, podemos ubicar entre los años '80 y '90. En el seno de una familia de acomodado pasar, un matrimonio de mediana edad lidia con la asfixiante y tóxica rutina que entumece los sentidos. Bajo el mismo techo, la confianza, la escucha y el diálogo se han roto por completo; a punto está de desatarse la enajenación y la perversión en la mayor de sus escalas. Porque el hogar ya no es un lugar seguro: el poder y el sometimiento son elementos que potencian el siniestro período de adaptación de un adolescente que sufrirá, en la propia piel, la incomodidad de verse forzado a sumir el rol de un 'otro ausente'. Puertas adentro, el vestuario de época se asume como instrumento de apariencia, en tiempos donde reina la superficialidad, sinónimo de la artificialidad de los vínculos. No hay porqué preocuparse, las miserias se esconden todo cuánto necesario, tanto como el paso del tiempo que un buen lifting sabe disimular. Resulta claro observar, el núcleo de acomodado pasar se vincula con el mundo exterior de modo pasivo, mayormente a través de aquello que la TV elige mostrar. Tamaño desafío actoral es llevado adelante por tres intérpretes de lujo, mientras la música en vivo de Nacho Esbó acentúa climas ciertamente incómodos. La metáfora del escarabajo consumará la metamorfosis de perversos roles, intercambiables con la ligereza de una transacción material. Finalmente, la imagen amplificada tras el biombo proyecta un trauma enquistado: la falta de escrúpulos retroalimenta la violencia, la manipulación y la discriminación imperantes.