Teatro / "EMPIEZA CON D, SIETE LETRAS" (Politeama)
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★★★★
Estrenada el pasado 7 de enero en el emblemático Politeama, "Empieza con D, Siete Letras" se anuncia como una de las novedades más promisorias de la presente temporada. Uno de sus principales atractivos posee nombre y apellido: Juan José Campanella, director de vasta trayectoria en teatro, cine y TV. La invitación a disfrutar de una historia con sello propio resulta inevitable y un autor nacional apostando al circuito comercial es suficiente motivo de celebración.
Tras seis años de escritura, la obra gestada por Cecilia Monti junto al director arriba a los escenarios porteños, con protagónicos de Eduardo Blanco, Fernanda Metilli, Gastón Cocchiarale y Maru Zapata. La nueva creación de Campanella llega de la mano de personajes con los cuales uno establece una inmediata identificación: como mera excusa al fortuito encuentro de dos personajes, una palabra funciona como simple disparador; solo al final de la obra se develará su significado. "Empieza con D…" nos trae una historia de amor en ciernes, en donde dos almas vulnerables persiguen una segunda oportunidad en la cual creer. Sin siquiera pretenderlo, el flechazo será mutuo.
Dos seres atravesados por la soledad se convierten en el centro de un relato. Él, un viudo de sesenta y pico; ella, arrimando a los cuarenta y en plena ruptura amorosa. Blanco y Metilli componen de modo magnífico a dos personajes a quienes llegamos a conocer en su totalidad para de inmediato empatizar. Sobre el escenario, la humorada y la ternura se funden. Bajo la sutil mirada de Campanella, experto en ilustrar un mapa del corazón humano, el humor no implica aquí antítesis de hondura, mientras esta conmovedora obra pone a prueba la capacidad de reírse de cosas serias… ¡que nada nos robe la risa!
Capaz de extraer excelentes actuaciones dramáticas de grandes intérpretes comediantes, Campanella hace lo propio con Metilli, consagrada en el ámbito del stand-up. Esta notable pieza permite, asimismo, su reencuentro con el siempre destacable Blanco, suerte de actor fetiche (a quien dirigió en teatro, durante una década, en "Parque Lezama", y en cine, en recordados films como "El Mismo Amor, la Misma Luvia", "El Hijo de la Novia" y "Luna de Avellaneda").
Con nobleza, el director nos convida a reflexionar, bajo la perspectiva de dos personas con treinta años de diferencia entre sí, respecto al nacimiento de un amor, los tiempos del duelo y el valor del compañerismo a lo largo de la vida. Genuina y plena de actualidad, analiza formas modernas de vincularse (y mostrarse/postularse) a través de las redes sociales. Como condimento esencial, no faltarán guiños marca registrada a la cinefilia que encontró a dos enamorados.
Campanella apela a su fórmula infalible a la hora de componer este auténtico crucigrama de emociones. Palabras cruzadas en la interminable espera y voces al teléfono irán tejiendo un relato paralelo que nos guiará en comprender los falencias como padre y egoístas decisiones de él, luego los lógicos miedos, inseguridades y contradicciones de ella. En este sentido, el doble rol que juega el personaje interpretado por Cocchiarale -en enorme labor- resulta fundamental. El destino, palabra clave en esta historia, sabrá obrar sabiamente…
Una puesta escenográfica lograda al detalle y la incorporación de pantallas agregan grandilocuencia a la propuesta. "Empieza con D…" nos ofrece, a través de dos horas de duración, elementos reconocibles del universo Campanella, así como una positiva apreciación sobre diversos aspectos de la vida, la cual no estará despojada de golpes para los que hay que prepararse. Siempre, a dar pelea y ganar, porque el desafío es jugar a todo o nada.