Películas / "UN LUGAR EN SILENCIO: DÍA UNO" (Michael Sarnosky)
★★★
Ciudad de Nueva York, ruidosa urbe si las hay. Los decibeles producidos en las calles equivalen a un grito constante. La muerte, acaso, puede convertirse en un contenido pedido de auxilio en el silencio o en un trueno, bajo la protectora lluvia. De un instante a otro, la catástrofe hace mella: una invasión alienígena desata destrozos y matanzas por doquier; es hora de buscar refugio y guardar silencio. No se nos explica el porqué, ni las razones de dicho comportamiento, pero si vimos alguna de las dos anteriores películas, entenderemos. Esta es una, solo una, de las licencias creativas que se toma "Un Lugar en Silencio: Día Uno", esperada precuela de una de las sagas más lucrativas del cine moderno. Ejemplar de cine apocalíptico, gestada por John Krasinki, su argumento lleva los créditos de Bryan Woods y Scott Decks.
Una mujer enferma de cáncer (Lupita N'Yongo) y su gato Frodo (auténtica estrella del film, cuya presencia en pantalla no requirió de uso de efecto alguno) resultan en el centro de un relato de supervivencia en medio de una barbarie sci-fi que nos remite a "Guerra de los Mundos". Michael Sarnosky (galardonado director de "Pig") se hace cargo, con suma autoridad, de la dirección de una entrega que, fiel al verosímil que plantea, supera por amplio margen la media del género. "Un Lugar en Silencio: Día Uno" no se convertirá en un clásico en la materia, pero no por ello pasará desapercibida en la cartelera. Con casi nulos desniveles narrativos, se muestra sobresaliente en el apartado estético y eficaz en abordar el trasfondo dramático de la historia con sensibilidad. En medio de un panorama aterrador, el ser humano persigue aquel acto de magia salvador. O una porción de pizza que calme nuestra angustia existencial. Si hay que morir, que sea en propia ley.