Películas / "LA TRAMPA" (M. Night Shyamalan)
★★★
La nueva película del siempre inquietante M. Night Shyamalan se inspira en una historia real: en Washington D.C., a mediados de los años '80, se formó F.I.S.T., un servicio de inteligencia policial que gestaba planes creativos en busca de capturar los más peligrosos delincuentes. Bajo dicho disparador argumental, el realizador nos sitúa en el presente, en las inmediaciones de un estadio de Philadelphia (una vez más, sede de sus relatos y ciudad de la que es nativo), en dónde se celebra un multitudinario concierto de una estrella pop que desata el furor en sus fans adolescentes, y al que acuden padre e hija, en lo que parece ser una típica salida familiar. No obstante, tal y como se nos indica, no dejemos que se nos engañe fácilmente. En realidad, el evento acabará conformándose como fachada para dar captura al escurridizo asesino conocido como 'El Carnicero'.
La conocida fórmula de 'hombre inocente se busca' labró buena parte de la carrera de una innegable influencia en la filmografía del cineasta hindú como lo es Alfred Hitchcock. Sin embargo, en este agobiante ejemplar del cine de suspenso dicha fórmula se invierte de modo drástico: el objetivo buscado es, en definitiva, el culpable. El fugitivo en cuestión actúa sin ningún tipo de moral ni remordimiento, y Shyamalan se muestra sumamente inspirado al momento de resaltar la maldad que habita en los gestos y las miradas que profiere a la cámara un Josh Hartnett en absoluta gloria, capaz de renacer de las cenizas del séptimo arte. Componiendo un villano para el recuerdo, continúa por la buena senda luego de sendas colaboraciones con Guy Ritchie, responsable de su renacer en la gran pantalla, en los films "Despertar de la Ira" (2021) y "Operación Fortune" (2023).
Con absoluta intención inmersiva, "La Trampa" nos interna en el fenómeno consumista de masas para hablarnos, subliminalmente y no tanto, acerca de la liberación de la culpa y el dolor. Valiéndose de un clima claustrofóbico, traslada gran parte del metraje a los interiores del reciento en donde se desarrolla un concierto en horario diurno; la cacería uniformada no tarda en ponerse en marcha. Marca de fábrica habitual, la utilización de la música incidental se destaca en igual medida que una inventiva sucesión de rostros en primer plano y extremas angulaciones. Más huellas autorales acuden a la hora del auto cameo, incluyendo esta vez un guiño familiar: sobre el escenario brilla Saleja Night Shyamalan, cantante y compositora de R&B, hija del reconocido realizador de "Sexto Sentido" y "El Protegido".
Camino al desenlace, referencias hitchockianas signan el destino del asesino sin escapatoria: una traumática relación materno-filial que actuará como desencadenante de una resolución despareja. Como suele ocurrir en algunas de sus obras, pecados de exageración se hacen presentes, evidenciando el costado más torpe de un Shyamalan renuente a controlarse, de cara a una vuelta de tuerca final que fuerza los límites del verosímil. Atrapado y sin salida, MNS se mimetiza con su criatura: las propias limitaciones se hacen eco de la narración. Que no se diga en voz alta, todos tenemos un lado oscuro que ocultar.