Películas / "LA INMENSIDAD" (Emanuele Crialese)

06.08.2024

★★★★

Dos dramas independientes entre sí parecieran corren en paralelo en la brillante "La Inmensidad", de Emanuele Crialese: la discusión de género y la profunda crisis que atraviesa una pareja de mediana edad. Competencia del Festival de Venecia 2022 y nominado a los David di Donatello, el film nos sitúa en la ciudad de Roma, en los años '70. En el centro del relato, observamos la resquebrajada rutina de un matrimonio de buen pasar que solo se sostiene por la crianza de sus hijos. La mayor de ellas, Adriana, en pleno despertar sexual preadolescente, se presenta al mundo como Andrea (nombre que, en italiano, aplica masculino). Dominada por un sentimiento de soledad e inseguridad ante una sociedad que juzga y califica por apariencias, la muchacha, toda una señorita, se siente fuera de lugar, imposibilitada de aceptarse a sí misma.

Crialese, con notable vuelo metafórico y mirada microscópica, indaga en cuánto se tiene de masculino y cuánto de femenino. Entre juegos de evasión y fantasías propias de la niñez -menos nocivas que las de la edad adulta-, Adriana contempla modelos de TV en los que proyecta, canaliza, su abstracción. En la escuela, los preceptos religiosos, sinónimos de patriarcal verticalismo, se encargan de educar bajo la uniformidad de un color, mientras que, bajo el techo donde reina la hipocresía: el hombre de la casa, figura paternal ausente, se muestra violento, falto de comprensión y avasallante; en absoluto caricaturizado, aunque sí arquetípico. Penélope Cruz, madraza esplendorosa, apabullante y magnética, incentiva travesuras que enternecen, cuida de sus niños y sabe maquillar con vivacidad un profundo y arraigado dolor.

La reveladora actuación de Luana Giuliani (su debut profesional) en la piel de una Adriana/Andrea que lucha por la percepción del propio cuerpo se equipara a la siempre estelar y titánica Penélope, auténtica inmensidad en el firmamento, capaz de entregar otra interpretación memorable, clásico automático, a la altura de la mejor Sophia Loren. La eterna musa almodovariana sobrepasa las fronteras idiomáticas de la industria para mostrarse igualmente efectiva en el cine de habla hispana, anglosajón o italiano, ubicándose dentro del selecto grupo de actrices que define a una generación.

Prodigio estético de fotografía, coreografía musical y dirección de arte, "La Inmensidad" mixtura registros en blanco y negro con realismo mágico. En apenas noventa y cinco minutos, no deja aspecto por cubrir, alcanzando reflexiones de índole social: una mirada discriminatoria hacia las comunidades foráneas resulta más que grafica respecto a ciertas dinámicas sociales en las que los sentidos de inclusión y pertenencia carecen por completo.