Películas / "EL HOMBRE DE LOS SUEÑOS" (Kristoffer Borgli)
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Nic Cage puede despertar sentimientos en extremo encontrados. Tanto dentro como fuera de Hollywood. El tipo es un caso particular. A lo largo de las últimas dos décadas, se ha cansado de protagonizar películas de acción justamente calificadas como berretas. Sin embargo, y a pesar de que la crítica no se cansa de denostarlo, el nativo de Long Beach no se ha olvidado de actuar, tal y como lo muestran valiosas incursiones en el cine independiente ("Pig" o "El Peso del Talento"). En esta comedia dramática producida por el genio del terror Ari Aster, un afeado y monumental Cage da vida a un hombre común, calvo cincuentón con aspecto de perdedor, bonachón aspirante a algo más en la vida, con bien ganado el prestigio de un docente universitario de primera línea. Dueño de un gran gusto artístico e intelectual. Quien, de la noche a la mañana se ve convertido en el centro absoluto de una epidemia onírica. La típica historia del anónimo que 'goes viral', despertando un sinfín de suspicacias: ¿se trata del efecto Mandela o de una proyección astral? El experto en biología da cátedra respecto a la capacidad de mímesis entre cazadores y presa, y, en realidad, deberíamos intentar comprender este laberíntico relato como una interesante metáfora acerca de la cultura de masas, la vacuidad y pasajera levedad de nuestros tiempos, los riesgos de la fama y los usos, consumos y excesos, de la vida moderna. Porque el cuerpo y la mente hablan, y cuidado con lo que deseas porque puede convertirse en realidad aquel escenario de ensueño devenido en pesadilla. Kristoffer Borgli dirige con buena mano y logra interesantes recursos audiovisuales, entre los que destacan una original utilización del montaje y el sonido. Por momentos, la cadencia y el tono de los diálogos nos recuerda al encanto que tiene Woody Allen para describir el costado más neurótico de las relaciones humanas. Se destacan, en labores de reparto, Julianne Nicholson y Dylan Baker.