Películas / BEAST AND SOMETIME THE INSECTS ALERT NAMES ANTICHRIST (Bastian-A)
★★★★
"…Y verás como tímidamente, la felicidad comienza a presentarse en la lucha…"
El guiño autorreferencial del título (la letra inicial de cada palabra en inglés corresponde a cada componente de su nombre artístico) nos otorga cierto indicativo respecto al material que estamos a punto de abordar. Se trata del documental en clave biográfica que el propio cineasta realiza. Segundos después de comenzado el mismo, la imagen de un Cristo crucificado, sangrante, en primer plano nos ilustra acerca de las búsquedas creativas de alguien capaz de sacrificarse por sus propias creencias. Realizador todoterreno (en sus films cumple labores de dirección, guion, fotografía, montaje, iluminación y sonido), Bastián, talento independiente oriundo de Lomas de Zamora y autor de obras realizadas en la absoluta autogestión, mira directo a cámara y comienza a entablar un diálogo con un interlocutor imaginario, a quien presenta su atractivo currículum profesional.
Hacedor de una docena de clips y cortometrajes, Bastián atesora su experiencia y deja su parecer respecto a los desafíos de profesionalizarse y formarse. Lección de oro y aprendizaje para las jóvenes generaciones, invita a convertir en plus todo hándicap, mientras la intuición lo guía a través de descubrimientos inesperados. Autodidacta por naturaleza, se la rebusca para encontrar nuevas maneras de hacer cine, y, en un ameno y revelador monólogo, nos lleva de paseo a través de los entresijos de un oficio que requiere teoría, pero, sobre todo práctica. Interpelando al espectador, se pregunta cuál es el método y la forma más efectiva para hacer callar a un director. Solo hay una respuesta: cerrándole los ojos.
Un experto especialista en componer historias unipersonales con nulos diálogos, cuenta en cada una de ellas con lo que a duras penas está al alcance de la mano, y sabe que pocos -pero precisos elementos- son requeridos para potenciar y provocar los sentidos de un público no siempre dispuesto a despabilarse. Interesado por hallar peso emocional en lo sencillo, da a conocer algunos disparadores que incentivaron sus primeros viajes creativos en formato de mediometraje. En la pantalla, reconocemos fragmentos de "Dolores un Día se Quedó Sola" y su auspicioso recorrido en festivales, así como del rodaje de "Un Bolero", en plena pandemia.
La charla adquiere otro tono al momento de compartir un clarificador mensaje sobre cómo trascender en el oficio; nos queda claro que la suerte del director no se medirá por meritocracia. Porque quien hace películas como forma de protesta deberá sortear más de un obstáculo. Bastián no tiene miedo de arremangarse en el barro, impartiendo una lúcida mirada acerca de las poco equitativas condiciones de exhibición en el cine argentino actual, debate que podría extenderse hacia otras direcciones. Porque el gran dilema sigue siendo el de mirar y no saber ver. No obstante, no es de lo que vino a hablar aquí…
Relato en primera persona mirando a cámara, este documental de setenta y cinco minutos nos sitúa en el extenso y arduo trabajo de un rodaje que se extiende por meses. Rememorando dichos pasajes, el protagonista contagia con su entusiasmo; se trata de salir de los propios zapatos y observar desde la lente que todo lo registra, desde una posición crítica e imparcial. La ética confluye con la estética; el cine, también, es una cuestión de estilo, y, por ello, cuando le preguntan el porqué de las tomas largas, el autor de "Círculos: Luz en la Oscuridad" no deja aspecto librado al azar: rueda escenas de un tiempo prudencial cuyo mensaje será oportunamente interpretado. En interiores, recurre a sombras y a contraluz, aunque su obra entera se influencia de la luz natural de los comienzos del cine, a los cuales no rehúsa.
En la cotidianeidad del cineasta, cada ventana pareciera contar una historia (más o menos indiscreta). Y siempre parece tiempo propicio de crear y no detenerse: el cine le saca horas de sueño, pero el artista trabaja en silencio y sin pausa; sabe que cada visión es singular y es así como su imaginación potencia la concepción del artilugio cinematográfico, convirtiendo al espectador en objeto de una serie de engaños. Lleva la firma de un auténtico artesano, fotograma a fotograma. Nadie filma cine como Bastián en Buenos Aires. Y esto lo dije ya, hace años.