Películas / “DÍAS PERFECTOS” (Wim Wenders)
★★★★★
'Komorebi' es la palabra japonesa que designa el resplandor de las hojas en el viento, filtrándose a través de los rayos de sol. Solo existe una vez ese momento, y quizás también le pertenezca la exclusividad en nuestras vidas a la última y brillante película de Wim Wenders. La conmovedora "Días Perfectos" se adentra en la rutina diaria de un hombre de mediana edad dedicado a la limpieza de los baños públicos de Tokyo, ciudad que destaca por su extremo orden y pulcritud. Wenders observa amorosamente a su criatura, aunque pasados los primeros minutos, nos preguntamos quien observa realmente los pliegues de tan cautivante universo. ¿Es su personaje protagonista o es el propio director a través de los ojos de este? ¿A quién pertenece, en verdad, esta maravillosa capacidad de registro? Nuestro héroe improbable (proverbial Koji Yakisho) es un hombre por demás metódico y parsimonioso. Un sexagenario solitario que pasa sus días en extremo silencio, haciendo el arduo trabajo del que pocos quisieran hacerse cargo. Sin embargo, mira al cielo con una sonrisa, y en sus ratos libres escucha música en cassette (suena "House of the Rising Sun", paradójicamente, entre portadas de Lou Rees, Van Morrison, Patti Smith y Janis Joplin), lee compenetrado a su sola compañía (¡las enseñanzas de Patricia Highsmith y William Faulkner) y saca fotografías con su Olympus analógica que luego revelará. Wenders captura tiempos muertos con encomiable sensibilidad y nos recuerda en qué geografía nos encontramos: omnipresente Skytree. Derroche de pura cinefilia, inspeccionamos los rituales cotidianos de este mundo hecho de muchos mundos posibles, y en cada plano encontramos trazos de sabiduría.