Libros / "BUNBURY, EL MUNDO SOBRE EL TRAPECIO" (Juanjo Ordás)

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Juanjo Ordás, autor de "Bunbury Experimental", se adentra en una triada de discos fundamentales en la trayectoria de Enrique Bunbury, de cara a una profunda etapa de reinvención que da cuenta de su primer lustro solista. Un cantante que buscaba despojarse de la imagen caricaturesca (y la cinta en la frente) impuesta por la industria. Enrique, libre de ataduras, apuesta a la total reinvención eligiendo un camino pleno de riesgos. Luego de lanzarse al vacío de una carrera solista en las antípodas de la seguridad que brindaba su etapa en HDS, los resultados tras el primer álbum ("Radical Sonora") no habían sido los esperados. Bunbury, versátil como pocos pero incomprendido, sabía que se trataba de apostar a todo o nada. Su grandioso cuerpo de trabajo nos maravilla: canciones himnos, canciones lados B, canciones que desgarran emociones, canciones que alumbran nuevas texturas, canciones para singles de videoclip, canciones para llenar repertorios en vivo, canciones descartadas y proyectos de discos truncos. Todas muy buenas, aunque Enrique prefiera diez a quince agrupadas. Gloriosa media duración. ¿Cuántos rostros conviven en Bunbury? Incesante en su vanguardismo, aplica al rock crudo sintética sonoridad. Luego, ingredientes arabescos, mediterráneos, afros y latinoamericanos. Su cosecha de discos se nutrirá de las más variadas influencias; también, evocará a sus maestros Nick Cave, Bob Dylan y David Bowie. Se codeará con grandes contemporáneos de la música en habla hispana: Andrés Calamaro, Raphael y Jaime Urrutia. Tras capas de texto y melodías, Bunbury descifra crípticos sentidos, descubriéndonos a nivel de detalle el empleo de cada instrumento; ya somos parte de la cocina de la composición. Ordás lo cuenta de maravilla, recurriendo a testimonios del propio aragonés y a músicos integrantes de El Huracán Ambulante. Tras la concepción de cada disco anida un concepto. Por ejemplo, la parábola boxística que impulsa "Flamingos" y cuya idea detona en una charla nocturna, en un garito de Buenos Aires. Más tarde será el turno del viaje inspirador que moldeara "El Viaje a Ninguna Parte" (álbum doble que toma su nombre del film homónimo de Fernando Fernán Gómez). Llega la hora de vida de hoteles y aeropuertos. Sexo, drogas y rock and roll reventando bares y habitaciones. Adrenalina a tope, es momento de hacer durar el momento: girar y dejarlo todo en escena. De pequeñas venues a grandes conciertos. De registros grabados como "Una Cita con Flamingos" a "Pequeño Cabaret Ambulante". Con pasión y divertimento, el autor refleja mística y esencia de una personalidad artística deslumbrante. Profesional, íntegro y ambicioso como pocos, tanto a la hora del trabajo en estudio como en exigentes giras alrededor el globo.