CUARTO PROPIO entrevista a Maximiliano Curcio

01.07.2021

- Cuándo y por qué empezaste a escribir?
Escribir es una pasión, lo hago de forma pulsional, cada día de mi vida. Es indivisible a mí y es un acto sagrado, vital, que me conecta con mi creatividad y deseo nato de comunicar. Parte de ahí y de la condición de que los seres humanos somos, conscientemente o no, máquinas narrativas en la quimérica búsqueda de escribir el mejor libro que nos gustaría leer. La principal motivación surge en la síntesis de lo que cultural o artísticamente pueda sensibilizarte, y desde allí puedas trazar algún tipo de conexión intelectual o estética e, indefectiblemente, eso pasa a través del tamiz de tus influencias personales e íntimas y sale al mundo de otra forma. Eso es comunicar por medio de la escritura: es la necesidad de revelar al mundo algo de esa magia que te fue brindada al descubrir ese objeto de arte que te maravilló. Transformándolo a través de la palabra escrita y buscando suscitar múltiples sentidos en cada potencial lector. Si mal no recuerdo, mi primera crónica la escribí a los veinte años. Allí comenzó mi amor con el periodismo cultural, más específicamente con la crítica cinematográfica. Ha sido un largo camino de allí hasta hoy, hecho de enorme sacrificio y entrega en la continua motivación para renovarse.


- Cuáles son tus referentes/ídolos artísticos?

Tantos que no podría comenzar ni terminar de nombrarlos. E infinitamente les debo, a cada uno de ellos, ese acto esplendoroso de revelación de un mundo maravilloso, excedente a toda cotidianeidad y fuera de todo tiempo. Seres sensibles con quienes pude conectar, a través del arte y en cualquiera de sus formas. Y en esa sintonía, en donde se produce ese fenómeno tan inasible que es la comunión artística con determinado referente que te representa, supongo que por la razón más pura y concreta: ese artista que interpreta fielmente una forma de ver y estar en el mundo que es propia. Y en ese eco, en esa resonancia, uno puede sentirse acompañado en este plano artístico, por "héroes", "íconos" o "ídolos" que nos iluminan un camino de verdad, de superación, de inspiración y de identificación. Solo por mencionarte algunos faros musicales que conforman la banda sonora de mi vida y porque el rock es una forma de vida, podría nombrarte a Fito Páez, a Andrés Calamaro, a Luis Alberto Spinetta, a Charly García, a Joaquín Sabina y a John Lennon. Sus poesías y melodías hacen nuestro mundo mejor. En lo personal, no sería nada sin ellos.


- Qué te llevó a publicar?
Publicar en formato libro fue una gran cuenta pendiente de mi trayectoria como periodista cultural, postergado durante un tiempo considerable. Nunca fue algo planeado, pero podría decirte que era una etapa que llegó en el momento justo. Supongo que en este camino de la divulgación cultural independiente vamos superando obstáculos cada día y cruzando las fronteras de nuestra propia dimensión creativa. Luego de escribir, durante muchos años, en sitios culturales digitales de diversa índole, mi mayor inquietud e interrogante radicó en hacer de todo ese material escrito a lo largo de horas interminables algo superador que pueda renacer bajo un formato libro. Anclarlo a un formato físico de páginas que sobrevivan al paso del tiempo, colocando la mirada presente de quien escribe bajo la responsabilidad de llegar a un público más amplio, trascendiendo en lo que creo que, humildemente, puedo ofrecer como testamento cultural, intelectual o emotivo de mi bagaje artístico. Para ello contamos con el desafío de abocarnos a procesos tan arduos, perfeccionistas y artesanales como es producir y costear un libro desde la autogestión absoluta, abriéndonos caminos que representan un grandísimo aprendizaje y un reto constante. Nada sería posible sin la confianza de una editorial que nos brinde la total libertad y control sobre nuestra producción. En mi caso personal y en mi caos creativo, contar con el apoyo de Vuelta a Casa, desde hace ya cuatro años, ha sido una bendición. La clave radica en no descansar hasta llegar a la meta soñada, sin preocuparnos demasiado por los réditos obtenidos en el mientras tanto. Lo importante es hacer obra y mostrarlo al mundo mientras lo creamos necesario.